El Observador |

El Obispo de San Cristóbal de Las Casas , Felipe Arizmendi Esquivel, ha hecho un «respetuoso llamado a los dirigentes de los partidos políticos a elevar la calidad moral de su propaganda», ante las elecciones que se avecinan en México.

El prelado comenta que «en la televisión, en la radio, en los medios impresos, en las bardas y en los anuncios espectaculares, somos aturdidos por los esfuerzos que hacen los partidos políticos y los aspirantes a puestos públicos, para convencernos de que son la mejor opción. ¡Cuánto dinero se gasta! Y todo sale de nuestros impuestos. Son varios meses en que seguiremos siendo bombardeados por tanta propaganda, que con el tiempo se queda en basura. Ojalá que no sea basura la democracia, que con esos medios se pretende construir».

 Arizmendi dice a los políticos en campaña: «ofender y descalificar a todos los demás, como si ustedes estuvieran libres de pecado, no convence a las personas sensatas. Exhibir las posibles fallas de los otros y burlarse de ellos para ustedes salir adelante, no es signo de honestidad y de respeto mutuo, que es la base de la convivencia social. Ofrecer lo que humanamente no es factible realizar, es demagogia. Regalar cosas a los pobres, como el único camino para obtener su voto, es una ofensa a su dignidad y un deterioro de la política, que en sí es una causa noble y digna. Gastar excesivamente en publicidad, es irritante, imprudente e injusto, y provoca el rechazo de la gente crítica».

De igual modo, hece  «un respetuoso llamado a la comunidad, para que analice la persona, la historia, los valores, la experiencia de los candidatos, y sus propuestas, en caso de ser elegido. Conózcanlos, escúchenlos, presénteles sus necesidades, y no vayan a sus mítines sólo por el interés de que les puedan regalar o rifar algo. No vendan su voto a quien más les obsequia cosas. No es el mejor candidato quien más recursos tiene, sino quien es mejor persona en sí mismo, quien ha demostrado ser un servidor de los demás, aunque nunca haya tenido un puesto público. No nos dejemos embaucar por los discursos, sino que analicemos la moralidad y la competencia de las personas».

El Obispo de San Cristóbal señala que como diócesis, «no hacemos propaganda de ningún partido, ni apoyamos candidato alguno. Sería indigno para una religión el que sus pastores ofrecieran votos de sus congregantes para un candidato, con la esperanza de obtener beneficios de ellos. La religión no se debe usar con fines partidistas. El Evangelio no es propiedad de ningún partido, y Jesucristo nos enseñó dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César».

Termina su artículo pidiendo orar «para que tengamos buenos políticos, y que Dios les inspire y les purifique, para que lo que les mueva a promoverse sea realmente el bien del pueblo, y no intereses mezquinos.  Con nuestra oración, colaboramos a dignificar la democracia».

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