1.  ITURBIDE RESUCITÓ UN MOVIMIENTO INDEPENDENTISTA QUE YA ESTABA CASI MUERTO

Para 1820 los insurgentes habían sido casi completamente derrotados. No había ninguna posibilidad de un triunfo militar de los revolucionarios y la mayoría de éstos ya se habían acogido a la amnistía general decretada por el virrey Ruiz de Apodaca en 1817.

Sólo unos pocos rebeldes, especialmente Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, seguían en pie de lucha, pero hasta los historiadores más liberales reconocen  que estos líderes no tenían posibilidad alguna de vencer por las armas al gobierno español.

Sólo cuando Iturbide se pasa al bando insurgente y arrastra tras de sí a casi todo el ejército realista, la independencia se convierte en una posibilidad real.

2. ITURBIDE IDEÓ EL PLAN QUE NOS DIO LA INDEPENDENCIA

El Plan de Iguala o de las Tres Garantías fue hecho por Iturbide, y todos los intentos de dar el crédito a Guerrero u otro insurgente han fracasado.

Con ese plan Iturbide logró juntar todos los ánimos, todos los intereses y todas las perspectivas que había en México, logrando así que la nación entera decidiera de pronto aceptar la independencia.

3. ITURBIDE LOGRÓ LA INDEPENDENCIA CON MEDIOS PACÍFICOS

Aunque no era precisamente un Gandhi, Iturbide quería lograr la independencia por medios diplomáticos, tanto para ahorrar sangre y trabajos como para evitar que siguiera creciendo la división entre los mexicanos de distinto origen.

Si esto habría de ser una patria para españoles, criollos, mestizos e indígenas, era necesario que la victoria se alcanzara «por las buenas», no a costa de la muerte de unos u otros.

Así fue como Iturbide logró la firma de los Tratados de Córdoba.

4. ITURBIDE UNIÓ A LOS MEXICANOS EN UNA MISMA CAUSA

Todos sabemos lo difícil que es conciliar intereses y puntos de vista en una sociedad. Parece imposible hoy en día que en una ciudad, y más todavía en un país entero, alguien pueda hacer que todos se pongan de acuerdo sobre algún tema, incluyendo en el «todos» a los rivales.  En nuestra historia patria Iturbide lo logró.

Casi de un día para otro los insurgentes, los realistas, la Iglesia, los comerciantes españoles, los burócratas, las comunidades indígenas, el ejército y todos los miembros de la sociedad novohispana aceptaron con entusiasmo el Plan de Iguala y secundaron al caudillo con verdadero entusiasmo.

No por nada todos los historiadores, aceptan que cuando Iturbide entró en la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821 hubo en la ciudad una fiesta y un regocijo como nunca se había visto.

5. ITURBIDE NO FUE UN AUTÓCRATA

Cuando Iturbide levantó por todo el país la bandera trigarante, su popularidad personal creció a gran velocidad.

Pronto, infinidad de personas de todas las clases sociales le pidieron que se convirtiera en el primer gobernante de México, y hasta hubo algunas voces, quizá demasiado entusiastas, que le exigieron, incluso con amenazas, que cuando lograra la independencia se coronara rey.

Todos decían que no había otro mexicano que mereciera gobernar, y muchos decían que si Iturbide se negaba a tomar el mando, debería ser obligado por la fuerza dado que la voluntad de la nación pesa más que la de un solo individuo.

Consta que en diversas comunidades indígenas se formó una especie de culto en torno a Iturbide, y también está bien documentado que entre las clases populares hubo un fuerte mesianismo centrado en don Agustín.

Por eso fue verdadera voluntad popular, es decir, verdadera democracia, la que proclamó a Iturbide como primer emperador de México.

TEMA DE LA SEMANA: ITURBIDE, EL GRAN OLVIDADO DE LA HISTORIA

 

Publicado en la edición impresa de El Observador del 15 de julio de 2018 No.1201

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