De María Angélica Álvarez Icaza*

A la santísima Virgen de Guadalupe

«No permitas que se pierda»

Vengo a ti, mi Soberana,

a rogarte por mi suelo:

hoy la nación mexicana

espera de ti el consuelo.

Cuanto más ella es culpable

más merece compasión;

acuérdate Madre amable,

que es tu reino y posesión.

Que eres su Madre recuerda,

que eres su Reina y Señora,

no permitas que se pierda

siendo Tú su defensora.

Cuando está más afligida,

más mi Patria en Ti confía;

que eres su Madre querida,

muéstranos que eres María.

12 de diciembre de 1914

La Sierva de Dios expresaba también con poesías su amor patrio. Especialmente en sus ratos de contacto directo con el Señor, adorándolo durante la hora santa, advirtió que Él no podía rehusar lo que pedía, al verla tan pequeña y confiada y por ser tan dueña de su Corazón, el reinado de Jesucristo en México y de María de Guadalupe.

* Religiosa de la Visitación de Santa María, Sierva de Dios.

(Tomado del texto “Reinado Social de Jesucristo en México: Espiritualidad y Patria)

TEMA DE LA SEMANA: DE CARA A LOS PRÓXIMOS SEIS AÑOS

Publicado en la edición impresa de El Observador del 2 de diciembre de 2018 No.1221

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