Según la página de internet musulmana www.webislam.com, «san Buenaventura, biógrafo de Francisco», relata lo siguiente sobre el encuentro de san Francisco con el sultán Malik al-Kamil:
«El sultán le pregunta: ‘¿Por qué los cristianos predican el amor y hacen la guerra?’. A Francisco se le saltan las lágrimas (tampoco él entiende las cruzadas de las armas) y responde: ‘Porque el amor no es amado’».
«El Amor no es amado»
Basta leer la biografía que escribió san Buenaventura sobre san Francisco de Asís para descubrir que ese supuesto diálogo no existió. Sin embargo, la frase «el Amor [con mayúscula] no es amado» sí es atribuida a san Francisco, aunque en circunstancias muy distintas a las de su viaje a Egipto.
¿Qué significa «el Amor no es amado»? El Amor es, desde luego, Dios mismo (cfr. I Jn 4,8). Dios no es amado lo suficiente. Aunque quizá la mayoría de los cristianos son en algún grado conscientes de esa realidad, la cómoda estancia en las cosas del mundo no les permite percibir que se trata de algo espantoso. Son los santos los que sí han comprendido a profundidad esta terrible realidad.
En el caso de san Francisco de Asís, cuando en medio de la oración le asaltó dicha verdad, le hizo gritar acongojado y cubierto de lágrimas: «¡El Amor no es amado! ¡El Amor no es amado!». Sin embargo, hay que decirlo, la frase no aparece en ninguna de las biografías fundamentales sobre el santo escritas en el siglo XIII, por lo que lo más probable es que no se trate de un hecho histórico, sino de una mera construcción poética realizada por el franciscano Jacopone da Todi, considerado uno de los más importantes poetas italianos de la Edad Media, ya que fue el primero en poner esas palabras en labios del santo de Asís.
¿En contra de las cruzadas?
Regresando a www.webislam.com, la página asegura que san Francisco de Asís era «opuesto a la idea de las Cruzadas», porque «las propuestas evangélicas… contradecían frontalmente no sólo la política papal sino el sentir prácticamente unánime de los fieles». Pero al respecto hay que decir que uno de los textos más antiguos, de escritor anónimo, titulado Verba fr. Illuminati («Palabras de fray Iluminado»), y que comienza así: «El ministro general [san Buenaventura] nos dijo: ‘Aquí hay algunas anécdotas que el hermano Iluminado que acompañó a san Francisco en su visita al sultán de Egipto nos ha entregado’». Y entre ellas se narra la siguiente:
«El mismo sultán le presentó este problema: ‘Tu Señor enseñó en sus evangelios que el mal no debe ser recompensado con el mal, que no debes rechazar tu manto a nadie que quiera tomar tu túnica, etcétera; en ese caso, ¿los cristianos no deben invadir nuestra tierra?’. ‘Parece —respondió el beato Francisco— que no has leído el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo por completo. En otro lugar leemos: ‘si tu ojo te hace pecar, desgárralo’. Aquí Él quería enseñarnos que cada hombre, por muy querido y cercano que sea para nosotros, e incluso si es tan precioso para nosotros como la niña de nuestros ojos, debe ser rechazado, expulsado si busca apartarnos de la fe y del amor de nuestro Dios.
«‘Es por eso que es justo que los cristianos invadan la tierra que habitas, porque blasfemas el nombre de Cristo y alejas a todos los que puedas de su adoración’».
Sobre la vida de san Francisco de Asís hay, pues, tanto certezas como leyendas. Certeza, por ejemplo, de que efectivamente viajó hasta Medio Oriente con la intención de convertir a los musulmanes. En cuanto a los detalles y diálogos sobre muchos pasajes, y sobre todo en lo relativo a su encuentro con el sultán de Egipto, hay que tener cuidado, pues, como apunta el franciscano Michel Hubaut, «cada historiador refiere el hecho según el color cultural o ideológico de sus propias lentes». El propio fray Hubaut, por ejemplo, escribe que Verba fr. Illuminati presenta a san Francisco frente a Al-Kamil «como un temible polemista». Siempre será difícil entender la postura de una persona, incluida la de un santo, si no se le ubica en el contexto histórico de su época.
D. R. G. B.
TEMA DE LA SEMANA: OCHO SIGLOS DEL ENCUENTRO DE SAN FRANCISCO CON EL SULTÁN
Publicado en la edición impresa de El Observador del 27 de enero de 2019 No.1229