Por Arturo Maximiliano
El lenguaje económico a veces suena demasiado técnico pero no eso no debe ahuyentarte; en realidad, una vez explicado, entenderás que muchos conceptos son aplicables en tantas cosas que vivimos todos los días.
Uno de esos términos que escuchamos con frecuencia en los noticieros es la tasa de referencia, que es fijada por el Banco de México. Quizá la pregunta que viene a nuestra mente es ¿con qué se toma esa tasa?
El gobierno tiene dos grandes instrumentos para manejar la economía. Una es la política fiscal definida desde la Secretaría de Hacienda, que básicamente es la determinación de qué impuestos proponer al Congreso, su recaudación, así como la aplicación del presupuesto. Por otro lado está la política monetaria, en manos del Banco de México, que tiene en la tasa de referencia su mejor herramienta.
El banco central tiene como principal objetivo conservar el poder adquisitivo de nuestra moneda, es decir, combatir la inflación que, al aumentar, hace que nuestros pesos puedan comprar menos cosas. Para controlar la inflación la tasa de referencia puede ser un factor.
En su última sesión de la Junta de Gobierno, el Banco de México tomó la decisión de mantener la tasa de referencia en 8.25%, de la mano con la decisión que tomó la FED en Estados Unidos de mantener también su tasa, esta última en el rango de 2.25-2.50%.
¿Que nos dice a los mortales la tasa de referencia?
Incrementa el incentivo de dejar o meter tu dinero en el banco. La tasa de referencia marca la pauta para la tasa de interés que ofrece el banco por tu dinero. Si se aumenta la tasa, entonces una reacción previsible es que los ahorradores tengan incentivo para dejar su dinero en el banco en lugar de ponerlo a trabajar en alguna inversión que implique circular el dinero en la economía. Si la tasa baja, el incentivo de dejar el dinero en el banco es menor y se tiende a buscar alternativas de inversión o gasto.
Aumenta o disminuye el costo de pedir prestado. El aumento en la tasa de interés hace más caro el costo de los préstamos que pudiéramos solicitar, lo cual haría pensar dos veces a los particulares y las empresas antes de pedir un crédito, pero cuando baja la tasa es un aliciente para tomar un crédito para gastar o invertir.
Contratos con interés variable. Si tienes un crédito con interés variable, en lugar de uno con tasa fija, entonces una consecuencia es que se ajuste a la alza o a la baja la cantidad que pagas mes con mes por tu crédito. Lo anterior es precisamente la razón por la que se recomienda contratar a tasa fija, para no correr riesgo cuando sube la tasa.
Herramienta contra la inflación. Si el Banco de México siente que la inflación se está saliendo de los niveles meta, que será el 4% para 2019, entonces puede subir la tasa, para incentivar el ahorro y hacer caro el gasto o los créditos. De esa manera habrá menos dinero circulando y no habrá presión en los precios.
La tasa para reactivar la economía. Si la economía está frenada, una opción que tiene el Banco de México es bajar la tasa de referencia para que los créditos sean más baratos y nos animemos a pedir prestado para gastar o invertir, lo que pone dinero a circular, reactivando, en principio, la economía.
Publicado en la edición impresa de El Observador del 21 de julio de 2019 No.1254