El 24 de abril de 1994 el Papa Juan Pablo II pidió a todos los católicos volver a rezar la oración a san Miguel Arcángel, compuesta por el Papa León XIII, quien además la había establecido en la liturgia al final
de todas las Misas.

El santo Papa polaco instó: «Que la oración nos fortalezca para la batalla espiritual de la que se nos dice en la Carta a los Efesios: ‘Fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio”’(Efesios 6,10-11). Ésta es la misma batalla a la que el Apocalipsis hace mención, recordando ante nuestros ojos la imagen de san Miguel Arcángel (cfr. Apocalipsis 12,7). El Papa León XIII sin duda tenía una visión muy vívida de esta escena cuando, al final del siglo pasado, introdujo una oración especial a san Miguel Arcángel en toda la Iglesia. Incluso si esta oración ya no se recita al final de cada Misa, nosotros podemos recordar este llamado a la lucha espiritual y recitarla para obtener ayuda en la batalla contra las fuerzas de la oscuridad y en contra del enemigo malo».

La oración dice así:

«San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén».

TEMA DE LA SEMANA: ¿EXISTEN LOS ÁNGELES?

Publicado en la edición impresa de El Observador del 29 de septiembre de 2019 No.1264

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