Por Arturo Maximiliano
Seguramente todos hemos sufrido la cuesta de enero algún año. Se trata del mes en el que los gastos de fiestas, regalos o viajes pagados a crédito se combinan con un número de gastos propios de inicio de año como son refrendos, colegiaturas, prediales y muchos otros que pueden hacer de enero un mes cuesta arriba para tus finanzas personales y de familia.
Cuando me han preguntado sobre consejos de cómo manejar la cuesta de enero, siempre contesto que la mejor manera de manejarla no está en enero del nuevo año, sino en diciembre del año que despedimos, aunque implica fuerza de voluntad y estrategia.
Una buena planeación de gastos e ingresos disponibles durante el mes de diciembre y enero es esencial para mantenerte en control financiero al arranque del año y quizá más allá.
Normalmente sabemos dos cosas: cuáles serán tus ingresos adicionales, si los hay, como por ejemplo el aguinaldo y a qué gastos te enfrentarás con seguridad en enero. Esto es suficiente para determinar cuánto puedes gastar y cuánto debes tener disponible para afrontar los gastos de arranque en el 2020.
Pero más aún, si la planeación ya no fue lo tuyo para este 2019, entonces se te presenta una oportunidad para que no sólo te ordenes para el primer mes del año sino para el resto de él, por lo que te propongo algunas estrategias:
Categoriza tu deuda. Si no sabes donde estás parado con respecto a tus gastos producto de inicio de año y de deudas acumuladas durante el mes de diciembre, es imposible que puedas tener un plan congruente para lidiar con la cuesta de enero. Empieza por poner en un papel tu deuda y categoriza.
Gastos improrrogables. Son los que por su naturaleza y consecuencias no puedas «patear» hacia meses posteriores. En este mismo sentido enlista aquellos que sí puedas pagar más adelante sin que tenga mayor consecuencia, como pudiera ser una suspensión de servicio o acumulación de intereses.
Identifica pagos que se deban pagar en una sola exhibición. Estos, comparados con algunos que puedas pagar en varias exhibiciones durante el año. Si no te alcanza para liquidar deudas de todo lo pendiente, empieza por las que tengas que liquidar forzosamente en un solo pago.
Deudas con interés o sin él. Analiza tus deudas en términos de cuáles te generan intereses en caso de no pagarlas y cuáles no. Dentro de las que te generan intereses distingue entre las que tienen interés mas alto y de ahí para abajo. Será siempre aconsejable pagar aquellas que tengan más intereses.
Si tienes alguna promoción de meses sin intereses es claro que, salvo que tengas la posibilidad de liquidarla junto con las otras deudas, no es indispensable deshacerte de esa deuda sino mas bien programar bien tus pagos en el futuro.
No es recomendable endeudarse para pagar; sin embargo, mucha gente por la necesidad lo hace, ya sea vía el empeño o vía préstamo. Si ese fuera el caso es fundamental que no te vaya a salir «más caro el caldo que las albóndigas» y el nuevo crédito que estés adquiriendo te imponga mayores cargas de intereses que ese que estás liquidando o te obligue a dar garantías prendarias o incluso sobre tu propia casa, mismas que no tenía la deuda que estás liquidando.