Por Raúl Espinoza Aguilera

Es común escuchar, en la mayoría de la gente una expresión con respecto a los que escriben artículos, columnas, ensayos o libros. Esta afirmación en que se suele decir: “Debe ser muy difícil escribir y poner por escrito lo que piensas de un asunto en concreto”.

Recuerdo a un profesor de la preparatoria que nos daba la materia de Gramática y Oratoria, que nos lanzó un reto a todos los alumnos, la propuesta de salir a la palestra a exponer un tema determinado. Nos quedamos todos como “idolítos aztecas”. Nadie se daba por enterado y nadie reaccionaba. Como aquel “jueguito” infantil de “estatuas mudas, sordas e inmóviles”.

Entonces el profesor de Gramática, tomó la iniciativa y le dijo al líder de una banda de música pop: “A ver compañero, lo reto a que hable 5 minutos de la revolución musical que han provocado los Beatles en los años sesenta”.

Al principio, mi compañero titubeó, pero luego comenzó a hablar y hablar con soltura hasta que el profesor Navarro le dijo: “Hasta aquí porque ya lleva casi 15 minutos de exposición”. Y concluyó el maestro: “Ven cómo es importante exponer algún tema que se domine y así se pierde ‘el pánico escénico’”.

A partir de ahí, el profesor Navarro nos fue encargando a cada uno de los alumnos a exponer diversos temas que nosotros eligiéramos. De este entrenamiento salieron los candidatos al certamen final de Oratoria.

Llevo muchos años en el mundo del periodismo y he animado a muchos jóvenes a escribir. Cuando observo que se acobardan o titubean, les comento lo mismo que nos decía el profesor Navarro: ¿qué tema dominas? ¿qué afición o “hobbie” tienes? ¿cuál es tu deporte favorito? ¿qué libros te gustan? ¿qué películas te apasionan y por qué?

Cuando a manera de excusa algunos alumnos me comentan: “Mi papá es agricultor o ganadero, ¿De qué voy a escribir?” Les respondo: Tienes unos temas riquísimos para redactar porque México lleva siglos siendo un gran país agricultor y ganadero.

Otros me dicen: “A mí sólo me gusta la guitarra, no sé de qué escribir”. Les contesto: “Estamos viviendo los años más prolíficos de la música con guitarra eléctrica, tienes mucho sobre qué escribir”.

Por supuesto hay que tener a la mano un buen manual de gramática, de redacción, de sinónimos y antónimos, un libro de sintaxis y un diccionario actualizado.

Con esos estímulos prácticos y específicos, me da mucho gusto que a la vuelta de los años muchos amigos, compañeros y alumnos ya son articulistas, columnistas consagrados, Incluso algunos han dado un paso más para convertirse en autores de textos. Me piden páginas web para tener mayor bibliografía o también me solicitan qué libros les pueden servir para ampliar su cultura intelectual.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 13 de septiembre de 2020. No. 1314

Por favor, síguenos y comparte: