Cuando un sacerdote envejece y además está enfermo, sus condiciones de vida pueden ser muy diversas, es por ello que el rector del Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús (Querétaro), P. Prisciliano Hernández, comenzó a trabajar en el sueño del padre Enrique Amezcua Medina: La “Casa Sacerdotal San José, Padrino del P. Enrique”, que será una realidad con el apoyo de los fieles
Por Rubicela Muñiz
Padre, siempre oramos por los sacerdotes, pero con este nuevo proyecto tenemos la oportunidad de hacer algo más por ellos. Platíquenos de la “Casa Sacerdotal San José, Padrino del P. Enrique” y su propósito.
Orar por los sacerdotes es una práctica laudable que manifiesta el amor que tenemos por la Iglesia. Jesucristo también oró por sus discípulos y por la misión que habrían de llevar a cabo. La oración por los sacerdotes se apoya en la oración sacerdotal del mismo Jesús: “No te pido que los saques del mundo sino que los preserves del mal” ( Jn 17, 9 ss)
Apoyar la vida sacerdotal, ciertamente puede ser de muchas maneras, como atenderlos en sus necesidades, ya que el ministerio, no les permite dedicarse a labores lucrativas.
La Casa Sacerdotal “San José, Padrino del Padre Enrique” (Amezcua Medina), pretende acoger a los sacerdotes enfermos y ancianos, como lo deseó el mismo Padre Enrique, en vida.
Cuéntenos quién fue el padre Enrique Amezcua y por qué su interés por construir una casa para los sacerdotes ancianos.
Él tuvo un carisma eminentemente sacerdotal al fundar la Confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo (12 de sep. 1963), como una respuesta de gratitud a Dios porque le concedió el don del sacerdocio; desde su primera misa, como reza el Salmo 116 (115), 12-13, “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré el cáliz de la salvación, invocando su nombre”, quiso vivir según esta ‘idea fuerza’ durante toda su vida: luchar porque otros hermanos pudieran levantar el cáliz de la salvación, es decir, el apoyar las vocaciones sacerdotales y proporcionar ayuda sacerdotal a las diócesis más diversas. De aquí se desprende también el atender a los sacerdotes en situación de enfermedad o mayores, aunque no fueran de nuestra Confraternidad.
Este es un modo necesario e imprescindible en nuestro tiempo. Es un modo concreto de agradecer a estos hermanos nuestros que entregaron su vida en favor de la Iglesia y ahora se encuentran necesitados de nuestro apoyo. Es amar a Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, en ellos.
Estamos acostumbrados a ver a los sacerdotes sólo en el servicio pastoral y pensamos muy poco en sus condiciones de retiro. ¿Cuál es la situación real de un sacerdote en esta etapa?
Llegada la edad de jubilación, supuesto el juicio del Obispo, algunos sacerdotes tendrán a sus familiares que los ayuden y otros, que simplemente se encuentran desprotegidos y necesitan un lugar digno donde puedan pasar sus últimos días, diríamos en familia, con otros hermanos sacerdotes. Algo que pensó el Padre Enrique, por el mismo amor a la Iglesia, muchos sacerdotes queremos servir hasta el último aliento; en esta casa podrán tener oportunidad de continuar celebrando misa, confesando e incluso con la experiencia adquirida en su vida pastoral, el poder ofrecer dirección espiritual, con la venia del Obispo. Es por ello que esta Casa se levantará en vinculación al Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús de la Misericordia, por deseo expreso del mismo Padre Enrique.
Al levantar la Casa Sacerdotal San José, ¿a cuántos sacerdotes se espera recibir?
En principio el proyecto contempla dar servicio a 12 sacerdotes, con posibilidad de crecer, según se considere necesario.
Esta será para ellos la oportunidad de volver a sentirse en familia, aquella familia que un día dejaron por seguir su vocación y que necesitan en su última etapa para tomar fuerzas y compartir experiencias.
Por supuesto; la vida sacerdotal en comunidad, como lo recomienda el Concilio Vaticano II, permite el sentirse querido y apoyado como en familia sacerdotal en estas etapas de la vida. Que no se sientan solos, sino amados, acompañados y con la satisfacción de ofrecer, aunque con limitaciones, su ministerio.
Para hacer posible esta casa de acogida, ¿qué apoyo y recursos son necesarios?
▶ Como todas las obras de Dios, necesitamos la oración imprescindible e impostergable; es necesaria también la cooperación económica, fruto de la buena voluntad de los fieles cristianos.
El avance
» La “Casa Sacerdotal San José, Padrino del P. Enrique” cuenta con planos definidos, y bajo el Patrocinio de San José en este Año Santo dedicado a su protección y en su nombre, se comenzará a trabajar pronto. El proyecto ha comenzado a recibir los primeros donativos. En las próximas semanas se abrirá un número de cuenta para que las familias puedan sumarse.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 18 de abril de 2021 No. 1345