El 11 de julio la Iglesia celebra a san Benedicto o Benito de Nursia, también conocido como san Benito Abad.

Éstas son algunas anécdotas de la vida terrenal de san Benito y de su hermana gemela santa Escolástica:

  • Cuando él era un muchacho menor de 20 años, y vivía como ermitaño en una cueva, dedicado a la oración, el demonio no dejaba de tentarlo. Un día sufrió una fuerte tentación carnal, de la que triunfó lanzándose desnudo en un zarzal. Desde entonces no volvió a sentir esa tentación.
  • Después de que Benito decidió retirarse como eremita en las montañas de Subiaco, su hermana también optó por la vida dedicada a Dios, así que ella rechazó la notable herencia de su familia.
  • Al convertirse en abad de un monasterio, san Benito resultó más estricto que el abad anterior, y en poco tiempo los monjes llegaron a odiarlo. Algunos decidieron matarlo poniendo un poco de veneno en su copa de vino. Pero cuando el santo bendijo su copa, ésta se quebró, y así Dios le salvó la vida.
  • Satanás le dijo a san Benito que planeaba atacar a los monjes que trabajan en la construcción de uno de sus monasterios. El santo les envió un mensaje de advertencia, pero apenas éstos lo leyeron, colapsó una pared sobre un niño que estaba ayudando, causándole la muerte. Los monjes llevaron el cuerpo ante san Benito, y tras que éste orara a Dios, el niño volvió a la vida, libre de lesiones.
  • Algunos monjes que estaban construyendo nuevas celdas en la abadía encontraron una enorme piedra que bloqueaba el camino de la construcción. Ni todos juntos fueron capaces de moverla. Llamaron a su abad, y éste oró por los que moverían la piedra. Enseguida lo reintentaron, y esta vez pudieron desplazar la piedra con facilidad.
  • Santa Escolástica fundó la rama femenina de la Orden Benedictina. Se estableció a 7 kilómetros de Montecassino, lugar donde su hermano había establecido su primer monasterio masculino.
  • Un hombre de un pueblo cercano estaba poseído por un demonio y su obispo local no pudo exorcizarlo. Finalmente el obispo llamó a san Benito, quien invocó a Jesucristo e inmediatamente liberó al hombre del demonio.
  • San Benito tenía el don de conocer cosas ocultas. Durante una construcción, pidió que los monjes cavaran un agujero profundo en un lugar específico, y éstos encontraron ahí un viejo ídolo de bronce. En otra ocasión el santo abad envió a unos monjes a llevar un mensaje a una ciudad, y les ordenó que ayunaran; mas alguien los invitó a comer y ellos aceptaron. Al regresar al monasterio, aseguraron haber ayunado; entonces Benito les describió cada cosa que comieron y bebieron, y ellos, descubiertos y arrepentidos, pidieron perdón.
  • Santa Escolástica mantuvo una perfecta unión espiritual con su hermano. Cada año él la visitaba y pasaban juntos un solo día, hablando de Dios y alabándolo. En su último encuentro, ella pidió a su hermano que continuara con la conversación espiritual hasta el día siguiente, pero Benito se opuso para no romper la Regla. Entonces Escolástica le suplicó al Señor que no dejara que su hermano se fuera, y se echó a llorar. Inmediatamente se desató una tormenta inesperada y violenta que obligó a Benito a quedarse con ella conversando toda la noche.
  • Tres días después, la santa murió, y su hermano que se encontraba absorto en la oración, tuvo la visión del alma de su hermana ascendiendo al Cielo en forma de paloma.

TEMA DE LA SEMANA: «SAN BENITO: EL HOMBRE QUE SALVÓ LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA»

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 11 de julio de 2021 No. 1357

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