Actualmente se conocen aproximadamente un millón 700 mil especies animales debidamente identificadas y catalogadas. Y en la historia de la salvación algunas de estas criaturas han tenido su participación.
Cuando se habla de los animales de la Biblia, la mente suele volar al pasaje de Noé y el arca; la concentración en la embarcación de todos los animales conocidos en aquella zona geográfica habrá sido un gran espectáculo: “Harás entrar en el arca una pareja de cada especie de seres vivientes, de todo lo que es carne, para que sobrevivan contigo; deberán ser un macho y una hembra” (Génesis 6, 19).
Pero no es la única vez que las Escrituras hacen referencia a los animales; de hecho, son mencionadas alrededor de 150 especies contando todo el libro sagrado.
Entre los animales más significativos están las langostas (es decir, saltamontes o chapulines), que son mencionadas 56 veces, y que lo mismo fueron motivo de castigo para Egipto en tiempos de Moisés, que alimento para san Juan Bautista, y de nuevo se les menciona —no se sabe si como algo simbólico o literal— sobre los últimos tiempos en el libro del Apocalipsis.
Más importante aún son las ovejas y las cabras, que fueron animales destinados al sacrificio, especialmente en lo que se refiere a la cena de pascua hebrea.
Simbolismos
No hay animal que se mencione más en las Escrituras que las ovejas; aparecen más de 500 veces, y simbolizan la pureza y la docilidad. Por algo el propio Dios es señalado bajo la figura de un cordero:
“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1, 29); “Estaba en pie un Cordero, como inmolado”
(Apocalipsis 5, 6).
Lo curioso es que Jesús, además de ser simbolizado por el apacible cordero, lo sea también por un animal muy distinto, un poderoso felino: en Apocalipsis 5, 5 se le llama “el León de la tribu de Judá”.
En la predicación que hace Jesús sobre el Juicio Final, ovejas y cabritos vienen a representar a dos tipos de personas: las que alcanzan la salvación eterna y las que no. Así, la cabra es símbolo de rebeldía.
Impuros
Hay animales que se mencionan en la Biblia sólo porque aparecen en la lista de los animales “impuros” (cfr. Levítico 11, 1-31), entre ellos: el quebrantahuesos, el milano, el halcón, el avestruz, la golondrina, la gaviota, la lechuza, el búho, el pelícano, el buitre, la cigüeña, la garza, el murciélago, el ratón, el camaleón y la lagartija.
También se les prohibió a los israelitas comer cerdo, y terminó siendo prototipo de lo repugnante y despreciable.
El camello también era un animal impuro, de manera que no se le podía comer. Pero, a pesar de su inigualable utilidad como animal de carga, no jugó un papel importante entre los israelitas, si bien el rey David tenía camellos. El camello es mencionado más de 50 veces en el Antiguo Testamento, pero sólo seis en el Nuevo Testamento, cuatro de ellas como referencia simbólica.
Como animal de carga, los hebreos siempre prefirieron al humilde asno, mientras que el caballo era más bien un animal de guerra.
TEMA DE LA SEMANA: «¿LOS ANIMALES VAN AL CIELO?»
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 22 de mayo de 2022 No. 1402