En la actualidad la labor de los maestros alcanza niveles de auténtico heroísmo.

Educar a los alumnos implica enfrentarse a retos nunca vistos.

El sistema cambió

Para empezar, se ha sentenciado que el clásico modo de enseñar ha quedado obsoleto; que como los estudiantes están híperconectados a la tecnología, entonces, para que no se aburran y sí pongan atención, sus maestros tienen la obligación de híperconectarse también, a fin de impartir sus clases; que ni por accidente ser les ocurra escribir en el pizarrón y que los chicos observen y traten de memorizar, pues al cabo existe la internet para consultar cualquier cosa; por tanto, que la acumulación de cultura ya no representa un bien socialmente valorado.

Diversidad e ideología

Luego está la cuestión de la diversidad, por la que los maestros de hoy se ven obligados a tener en una misma clase a alumnos de las más variadas condiciones de salud, educación y cultura, lo que hace imposible lograr que todos avancen más o menos al mismo ritmo; además tal o cual conocimiento puede ser considerado ofensivo para la ideología de algún alumno y su familia, de manera que el profesor se encontrará con que decir verdades científicas y fundamentales se ha vuelto realmente peligroso.

Joan Antoni Mateo García, sacerdote de la Diócesis de Urgell, España, escribe que una profesora de religión le señalaba que hoy es sumamente difícil hablar a adolescentes y jóvenes sobre la sexualidad en clave cristiana, pues hacerlo implica meterse en problemas.

Como ejemplo, le comentó que una compañera suya, profesora de filosofía, acabó en situación de baja y con un cuadro de depresión por la reacción suscitada en la escuela ante una opinión que ella dio.

Los adolescentes de hoy pueden recibir abiertamente, incluso en las escuelas, toda clase de información e incitación sexual sin que nadie respingue; pero si un profesor busca orientar a sus alumnos para que no hagan algo que va en contra de su dignidad humana, entonces aparecen los reclamos.

Incluso en algunos colegios católicos ha habido repudios a la enseñanza cristiana, como si el colegio ya no tuviera el deber de ser una escuela de santidad, los profesores ya no debieran tratar de vivir en Gracia de Dios, y los alumnos no merecieran aprender las cosas verdaderamente trascendentes.

Adiós al respeto

El otro gran reto al que los maestros de hoy se enfrentan es a la pérdida del respeto por parte de los alumnos y sus padres.

Es muy alto el porcentaje de profesores por todo el mundo que sufren agresiones.

Generalmente son faltas de respeto verbales, pero algunos reciben ataques físicos.

En España, por ejemplo, en el ciclo escolar 2018- 2019, la institución denominada El Defensor del Profesor, que ayuda a maestros no apoyados por sus escuelas, contabilizó 504 casos de faltas de respeto a docentes, 465 problemas para dar clase, 241 acosos, 212 casos de amenazas, 128 agresiones y 47 daños a la propiedad.

No es raro que padres de familia tachen como “cosa de niños” el que un adolescente amenace con rajar la cara de su profesora con un cristal, como ocurrió en 2010 en un colegio de Sevilla.

Los padres regañan a sus hijos cuando se enteran de su mal comportamiento, pero no acaban con esta conducta; por eso la mayoría de los alumnos que agreden a sus maestros son reincidentes.

Ejemplos

  • Matthieu Faucher es un profesor ateo de Francia, pero que en el ciclo escolar 2016-2017 fue denunciado por proselitismo religioso. Un niño le preguntó en clase quién era Jesús, y le contestó mediante extractos bíblicos. “Enseñé cultura, no catecismo. Fui sancionado por haber trabajado con un libro que es un pilar de nuestra civilización”, explicó.
  • En 2017 la argentina María Verónica Serrano, maestra de secundaria, perdió su trabajo por presentar en clase material científico que muestra los errores de la ideología de género. Los directivos opinaron que la postura tradicional (científica) no puede ser impartida sin “grave daño” para los niños porque los confunde.
  • En mayo de 2021 un maestro de la escuela Primaria Lincoln en Ogden, en Utah (EU) salvó a una alumna de 11 años de ser secuestrada. Los niños jugaban en el patio de recreo cuando un hombre se acercó e intentó llevársela; el maestro corrió a enfrentarse al sospechoso, con lo que la niña pudo soltarse; y enseguida el maestro metió a sus 20 alumnos a la escuela.
  • Victoria Soto, maestra del colegio Sandy Hook en Connecticut (EU), salvó la vida de 17 niños el día de la masacre perpetrada por Adam Lanza en 2012. Ella les dijo que los ruidos de disparos eran parte de un juego y que para ganar debían esconderse en los armarios del salón y permanecer en silencio. Lanza entró y ella dijo que los niños estaban en clase de gimnasia, pero él sospechó y abrió fuego contra uno de los armarios, y esta maestra se colocó entre las balas y los niños para protegerlos, lo que le costó la vida.

TEMA DE LA SEMANA: «SOBRE LA EDUCACIÓN QUE VIENE”

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 15 de mayo de 2022 No. 1401

Por favor, síguenos y comparte: