Cuando el Señor decidió purificar el mundo en tiempos de Noé, le indicó que debía construir un arca y meter a parejas de animales. Agregó:
“Junta además toda clase de alimentos y guárdalos, para que tú y los animales tengan qué comer”
(Génesis 6, 21).
Durante la estancia de José —el hijo de Jacob— en Egipto, el faraón tuvo un sueño: siete vacas gordas seguidas de siete vacas flacas que se comían a las gordas (Génesis 41, 1-4). José, interpretando este sueño profético, hizo saber al faraón que, después de siete años de abundancia, vendrían siete de hambruna, y que debía prepararse almacenando provisiones.
En tiempos de inflación hay que aprender a ser previsores. ¿Qué puede hacer la gente común? Aquí hay tres recursos que no hay que desdeñar:
Aprender a hacer conservas
Cuando una verdura o carne está a muy buen precio, se puede comprar un kilogramo extra para prepararlo como conserva.
Aprovechar los frascos de vidrio con tapa metálica que se hayan desocupado de alguna mermelada, una mayonesa o cualquier otro alimento. Se lavan y esterilizan hirviéndolos en agua por 25 minutos, con un paño de cocina en el fondo de la olla para que no se golpeen y rompan.
Las verduras picadas se escaldan en agua hirviente por 30 segundos, enfriándolas rápidamente en agua helada para que el cambio brusco de temperatura neutralice las enzimas. Se ponen las verduras en los frascos y se llenan hasta el cuello con salmuera (por cada litro de agua potable agregar cien gramos de sal, disolver al fuego y dejar que entibie antes de agregar a los frascos). Poner las tapas apretadas y hervir los frascos en una olla con agua por 25 minutos. Sacarlos en caliente, enseguida apretar sus tapas nuevamente y colocarlos de cabeza hasta que enfríen para que se haga un sello de vacío.
Para las carnes crudas, sean enteras o en trozos, y ya sazonadas al gusto, ponerlas en los frascos; llenar con aceite de oliva u otro aceite vegetal hasta el cuello; poner las tapas apretadas y hervir en la olla con agua, una hora si es pollo, y dos horas si es res o cerdo.
La duración de las conservas es de un año.
Secar frutas y verduras al sol
Las frutas y verduras se pueden secar al sol para que pierdan la mayor parte de su agua y se conserven.
Se lavan y se cortan delgadas y uniformes, distribuyéndolas sobre rejillas elaboradas con marcos o aros, a los que se les pone de base una tela de mosquitero, manta de cielo, etc. Hay que cubrir con plástico para que no les caiga polvo, y dejar que el aire penetre por debajo.
Si la temperatura ambiental va de 28 a 36 grados, en tres días las frutas y verduras ya habrán perdido el 70% de su humedad. Si hace menos calor, tardarán unos dos días más. Guardarlas en frascos, botellas PET o en bolsas de papel.
Sembrar semillas
Hay que aprovechar las semillas de los chiles, pimientos, jitomates y otros vegetales para sembrarlos en macetas. Habrá que esperar algunos meses para que den fruto, y no se obtendrá una gran cosecha, pero igualmente será útil.
TEMA DE LA SEMANA: “LA CRISIS ALIMENTARIA ES REAL: ¿QUÉ PODEMOS HACER?»
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 5 de junio de 2022 No. 1404