Por Sergio Ibarra

Declaración del Papa en junio pasado por los asesinatos de los sacerdotes jesuitas en Chihuahua. La situación que esta viviendo nuestro país de sufrimiento es inédita.

El dilema que enfrentamos es hablar o no hablar ante los hechos que día con día continuan sucediendo, parece que nos estamos acostumbrando a escuchar o ver imágenes de una Patria que quisieramos que no fuese la nuestra. A ver medio por arriba del hombro el sufrimiento de miles de nuestros compatriotas a manos ya no se sabe de quien. Se le echa la culpa al crimen organizado. Si fuera así ¿Cuántos son los enemigos? ¿Tres mil o cuatro mil? Hay 400 mil elementos en las fuerzas armadas.

El deterioro llega a niveles que rebasan lo imaginable o tolerable. ¿Cómo es posible que ya estemos en actos de terrorismo como los acontecidos en Guanajuato, Jalisco y Baja California Norte? La alcaldesa de Tijuana dijo: El problema es serio, pero no grave, todavía no tenemos homicidios ni lesionados y la Gobernadora de aquel estado: es importante mantener la calma. La seguridad de los bienes y las personas son la primera responsabilidad de todo gobernante. O sea que se volverá “grave” cuando entonces existan vidas humanas de por medio. Habría que preguntarle que diferencia que existe entre serio y grave, porqué etimológicamente no la hay. Y ¿qué tal con la gobernadora? tranquilos los mantenemos informados.

Ya no hay modo de decir que se trata de casos aislados. Existen otras implicaciones. En la misma semana en que el Sr. López, presidente de los Estados Unidos Mexicanos, ignorando la Constitución transfirió la administración de la Guardia Nacional a las Fuerzas Armadas, resulta que se desatan estos hechos que indignan y alteran la paz. Decir que se va a investigar ¿Será suficiente? ¿Con eso se detendrán estos hechos?

A las cosas por su nombre. Incendiar Oxxos, automóviles y transporte público son actos terroristas. Hay una situación grave y debemos exigir respuestas serias, para eso se les paga. Ahora si aplicar el adjetivo de seriedad. Y dejar de salir con vaciladas.

Hechos que deterioran nuestra libertad y la imagen de México ante el mundo en lo económico, en lo social y en lo ético. Claro que hay un sufrimiento, negarlo es un acto para el que solo queda un calificativo: maldad.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 28 de agosto de 2022 No. 1416

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