Por P. Fernando Pascual

El tema de las dependencias preocupa por su amplitud y complejidad. Afecta a millones de personas en ámbitos muy diferentes. Van desde las dependencias respecto de sustancias como la droga o el alcohol, hasta dependencias en comportamientos como los juegos online o las apuestas.

Toca a los especialistas, sobre todo en el ámbito de ciencias como la psiquiatría, la psicología o la sociología, analizar los diversos tipos de dependencias, sus causas, sus efectos, los caminos que puedan ayudar a los afectados por las mismas (no solo los dependientes, sino también familiares y amigos).

Unido a lo que expliquen y propongan los especialistas, resulta fácil reconocer que muchas dependencias podrían evitarse con un sano ambiente familiar, con orientaciones educativas oportunas y eficaces, y con un uso maduro de la propia libertad a la hora de tomar decisiones en el presente que tanto influyen en el futuro.

Ofrecer buenos consejos para prevenir las dependencias dañinas es un paso importante. Pero necesita ser reforzado con la atención a otras dimensiones de la vida de cada uno: su inserción en la familia, en los diferentes grupos de amigos y compañeros, en el trabajo, en las redes sociales.

Además, las dependencias no suelen dañar a quienes desarrollan un estilo de vida sano, con actividades deportivas, excursiones, voluntariado, como las que adoptan millones de seres humanos que están “tan ocupados” en buenas actividades que no tienen tiempo para probar el fruto prohibido de actividades que llevan a dependencias.

Es cierto que incluso algo bueno, como la actividad física, puede ser vivida de modo obsesivo, hasta crear una forma de dependencia dañina. Pero cuando se ponen en práctica actividades de por sí sanas con criterios equilibrados, son una excelente ayuda para evitar dependencias malignas.

Por lo que se refiere a cómo ayudar a quienes ya están encadenados a diversas dependencias, la ayuda de los especialistas resulta fundamental. Desde luego, los familiares y amigos pueden ofrecer un apoyo imprescindible, y en no pocos proyectos terapéuticos son involucrados oportunamente.

La dimensión espiritual también resulta clave en estos temas. Si una dependencia ha surgido desde opciones libres a favor de pecados concretos, que luego han cristalizado en vicios que llegan a ser enfermizos, acercarse a Dios y recibir su perdón permiten colocarse en una situación interna muy favorable.

Millones de seres humanos sufren por dependencias de todo tipo. Liberarse de las mismas no resulta fácil. Pero desde la voluntad interior de cada persona herida por la dependencia, desde el apoyo de familiares y de muchas personas buenas, y con la ayuda de Dios, es posible ver la salida del túnel y avanzar hacia un modo de vida sano y plenamente satisfactorio.

 

Imagen de Hands off my tags! Michael Gaida en Pixabay

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