El prelado, que permanecía en arresto desde agosto de 2022 y que se negó a ser desterrado de su país, fue sentenciado por las autoridades nicaragüenses por supuesta “conspiración”.
El obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez, fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión en Nicaragua. Los cargos que se le imputaron fueron delitos de conspiración, propagación de noticias falsas, obstrucción de funciones agravadas y desacato a las autoridades.
El Obispo Álvarez estaba detenido por las autoridades desde el pasado 19 de agosto de 2022 en arresto domiciliario, y desde el 9 de febrero en la cárcel La Modelo de Tipitapa, luego de negarse a abordar el avión junto a otros presos políticos que fueron deportados a los Estados Unidos.
Álvarez pidió reunirse junto a los demás Obispos antes de viajar, y después se negó subir al avión. Luego, en un juicio anticipado al día siguiente, la justicia nicaragüense le privó plenamente de la libertad.
En 2018 monseñor Rolando Álvarez había formado parte de la comisión de diálogo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, que buscaba mediar entre el gobierno y los opositores a las políticas ejercidas en la Nación.
En 2022, el gobierno de Nicaragua también expulsó del país al Nuncio Apostólico y a 18 religiosas de la Orden de las Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta. Además, cerró diversos medios de comunicación católicos. Y el pasado 8 de febrero quitó la ciudadanía y desterró a seis sacerdotes. Aún permanecen encarcelados otros dos presbíteros.
Los obispos europeos toman la palabra
En una carta dirigida al presidente del episcopado nicaragüense, monseñor Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, obispo de Jinotega, el presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), el cardenal de Luxemburgo Jean-Claude Hollerich S.J., levantó la voz en contra de la política de agresión, acoso y represión en contra de la Iglesia católica ejercida desde la presidencia de Daniel Ortega.
En la carta que se une al coro de voces internacionales exigiendo el cese de las hostilidades de Ortega en contra de la Iglesia católica, el cardenal luxemburgués, señala que lo sucedido en las últimas semanas no es producto del azar, sino que demuestra una actitud continua por parte de Ortega en contra de sacerdotes y laicos de ese país.
«Los últimos acontecimientos, incluidos los cierres de emisoras de radio católicas, las obstrucciones policiales para acceder a las iglesias y otros actos graves que perturban la libertad religiosa y el orden social justo muestran el agravamiento de una situación iniciada años atrás», dice la carta, de la COMECE, emitida el miércoles 8 de febrero.
Esta última línea de la carta firmada por el cardenal Hollerich (relator del Sínodo sobre la Sinodalidad) es importante, dado que la Unión Europea ha establecido una serie de sanciones a Nicaragua por estos y otros hechos de violencia desatados desde abril de 2018 y que han derivado en asedio, acoso y agresiones a periodistas, medios de comunicación social y figuras opositoras e independientes, además de la persecución a la Iglesia católica.
Los obispos europeos exigen a Managua la liberación inmediata tanto del obispo Álvarez como de todos los sacerdotes y fieles laicos injustamente acusados de actos de terrorismo (cuando emitieron el mensaje aún no se había dado la salida de 222 presos políticos y el destierro de varios sacerdotes), conspiración, desestabilización del régimen y propagación de noticias falsas.
Con información de Vatican news y Jaime Septién.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 19 de febrero de 2023 No. 1441