Por el padre Prisciliano Hernández Chávez, CORC.
LOS SALMOS, ALMA DE MI ORACIÓN
Salmo hermoso que señala las condiciones éticas para habitar ‘en la tienda’, el templo, el monte Sión, lugares de la presencia de Dios. Son las mismas para andar en la presencia del Señor y gozar de su benevolencia. Ser huésped del Señor, manifiesta que Dios es el dueño de la Casa. Se requiere rectitud, honradez, sinceridad del corazón, evitar calumniar, no dañar a los demás, lejos de los impíos, cumplir el juramento, no aceptar el soborno que es la dádiva corrupta.
Quien cumple estas condiciones es apto para habitar en la morada del Señor. Así vivirá seguro y tranquilo, porque está bajo el refugio y resguardo del Señor.
Su aplicación cristiana es extraordinaria: vivir en comunión con la Iglesia y por la limpieza de conciencia y la oración recorrer las moradas teresianas hasta llegar al centro, a la séptima, para sentir y gozar la presencia de inhabitación divina; estar plenamente en Dios y Dios plenamente en nosotros.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 30 de abril de 2023 No. 1451