Organizado por el Centro de Investigación y Formación Interdisciplinar para la Protección del Menor (CEPROME) del 18 al 20 de julio, el evento concluyó con la invitación a seguir creando red con todos los formadores provenientes de México y otros países.
Por Vatican News
“Muchos de nuestros jóvenes han sufrido abusos y traumas que no han logrado superar”. Así lo expresó Monseñor Francisco Javier Acero OAR, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, en el primer congreso internacional de acompañamiento formativo en situaciones de trauma y abusos. El evento se efectuó del 18 al 20 de julio en la Universidad Católica de México y estuvo organizado por el Centro de Investigación y Formación Interdisciplinar para la Protección del Menor (CEPROME) y la Universidad Lumen Gentium.
El CEPROME informó que los más de 200 asistentes tanto presencial como virtualmente pudieron reflexionar juntos sobre los efectos del trauma y el abuso en el desarrollo psicológico, existencial y espiritual. También departieron respecto de la importancia de que en las casas de formación religiosa y sacerdotal se brinde acompañamiento psicológico y espiritual, y que se aborde los temas del trauma y del abuso en la infancia y la adolescencia. Asimismo, dialogaron sobre la perspectiva de género y las pautas de acompañamiento espiritual.
“Si nuestros sistemas formativos logran acompañar, sanar y prevenir estas realidades, nuestros seminarios y casas de formación experimentarán un cambio estructural grande: de la introyección clerical caminaremos al acompañamiento laical”, añadió Monseñor Acero.
El prelado compartió las pautas del acompañamiento espiritual tanto para el acompañante como para el acompañado, y desarrolló su alocución en el congreso a través de guiones y personajes de películas clásicas. Además, insistió en la importancia de ser acompañados para acompañar: “Acompañados por Dios, algo esencial en nuestra vida, y también acompañados por otra persona para distinguir lo que es propio y lo que es de la otra persona”.
Portillo alerta sobre zonas de riesgo para el abuso
El padre Daniel Portillo, director del Consejo Latinoamericano de CEPROME, remarcó que el servicio de la formación se tiene que desempeñar desde el amor. También indicó las zonas de riesgo donde puede ocurrir el abuso de autoridad, y advirtió acerca de la ilusión de poder que se genera en algunas casas de formación y seminarios. Además, invitó a generar códigos de conducta en el acompañamiento formativo.
Espinosa: La huella del abuso sexual a menores en los esquemas afectivos
La psiquiatra Patricia Espinosa, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores e integrante de la directiva del CEPROME, expuso las secuelas del trauma en las personas, como la desconexión, la amnesia autobiográfica y la no futurización. A su vez, describió la comprensión del proceso interior de las víctimas de abuso sexual de niños, niñas y adolescentes, ya que este es una huella que forma parte de los esquemas afectivos, cognitivos y espirituales que la persona abusada posee para afrontar el mundo. Espinosa explicó el concepto de justicia transicional e invitó a crear instituciones eclesiales más seguras.
Monroy: La universalidad y la vulnerabilidad
El fraile agustino recoleto Francisco Javier Monroy, psicólogo y experto en psicotrauma, intervino sobre los efectos existenciales y espirituales en la persona.
El especialista definió el trauma desglosando dos notas importantes: la universalidad y la vulnerabilidad, y explicó que la sintomatología afecta a todas las dimensiones de la vida. Una de las herramientas para el acompañamiento en traumas y abusos es la autotrascendencia. Además, recalcó cómo acompañamos con el cuerpo y mencionó algunas características de aquellas espiritualidades que traumatizan en donde se muestra el sufrimiento como una manera de ser auténtico, en donde se desencarna la presencia de Dios y se quiere construir e imponer una espiritualidad que evita resolver los problemas psicológicos.