Editorial

Hoy enfrentamos la tarea urgente de construir un México en el que todos tengamos cabida. El Papa Francisco, cuando era arzobispo de Buenos Aires, escribió un texto que llamó “Echarse la Patria al hombro”. ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a hacer eso? ¿Cuántos tenemos la inquietud de saber cómo ayudar a salir adelante a nuestro país?

En este número de El Observador nos hemos dado a la tarea de responder a la idea del filósofo Carlos Pereda en su libro Pensar a México entre otros reclamos”. Es vital. Nosotros lo hemos hecho desde la fe que constituye nuestra raíz. Creemos con firmeza que los católicos debemos tener una voz en la plaza pública.

Por ello, hemos pedido a colaboradores e invitados que piensen con nosotros México. Desde la religiosidad y el lenguaje popular del mexicano (espléndidamente retratada por el padre Peñalosa) hasta un ensayo de hondo calado en el que el obispo emérito de Querétaro, don Mario de Gasperín, nos enseña a pensar la nación para animarnos a construirla de acuerdo a los designios de Dios y de Santa María de Guadalupe.

La doctora María Luisa Aspe invita al lector a sembrar más trigo y a olvidarse de solamente cortar cizaña, mientras el especialista mayor en el acontecimiento guadalupano, el padre Prisciliano Hernández, señala el camino –desde México-ombligo del mundo— a construir la civilización del amor. El maestro Sergio Ibarra lanza una serie de hipótesis sobre el futuro de México y el filósofo Arturo Zárate rememora la figura del Conde de la Sierra Gorda como una síntesis que bien puede iluminar nuestro pasado. Samuel Ramos lo decía una y otra vez: tenemos que pensar como mexicanos para que México sea lo que queremos: un país justo.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 2 de julio de 2023 No. 1460

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