Por Martha Morales
Los primeros Doce franciscanos llegaron a Nueva España en 1524.
Motolinia, fray Toribio de Benavente (1482-1569), es el primer historiador sobre la transmisión de la fe en América. Hay que entenderlo en el contexto del siglo XVI, en el que vive Carlos I de España, en el momento en que ha consolidado su imperio, y envía a los misioneros franciscanos a la Nueva España a petición de Hernán Cortés. Lo que hicieron los otros Doce franciscanos lo sabemos por Motolinia. Estuvieron en el Valle de Cuernavaca, Valle de Toluca, Cuenca de México, etc. El arzobispo Juan de Zumárraga llega cuando los Doce ya estaban aquí (Cristina Torales Pacheco).
El Papa León X es contemporáneo de Motolinia, y dio su consentimiento a la venida de los primeros franciscanos unos días antes de morir.
El Papa Adriano VI fue regente de Castilla y preceptor de Carlos I. Fue un gran humanista y estuvo atento a las decisiones del monarca cuando asume la corona, Incluso le escribe. Fue su gran consejero. A Clemente VII la decidió tomar cartas en el obispado de México. Fray Juan de Zumárraga fue cabeza de los demás obispos de Nueva España. Para mediados del siglo XVI ya había obispados en varios lugares bien organizados.
En el convento de Huejotzingo estuvo Motolinia y participó en la evangelización. Fray Martín de Valencia presidió a los Doce primeros evangelizadores de la Nueva España.
Zumárraga funda escuelas, hospitales y trae a un matrimonio como encargado de la imprenta. Antonio de Mendoza es el gran promotor del virreinato en materia civil. No sólo promocionó la imprenta junto con Zumárraga, sino que abrió la Casa de Moneda para permitir la compra y venta entre el indígena y el europeo. Buscó un sistema económico moderno de este modo. Mendoza fomentó expediciones hacia Arizona y Nuevo México. Veían este territorio como un paraíso inmenso y pródigo: las plantas, los animales, los frutos, los árboles…
Diego Valadez, un mestizo de estas tierras, fue a Roma, escribió una historia de la labor misional, fue nombrado Padre Superior de toda la Orden Franciscana. Explica las experiencias que tuvieron los misioneros para explicar los sacramentos y la doctrina cristiana. Nos da una idea de cómo funcionaban los grandes atrios donde había capillas procesionales. Para los religiosos era importante la representación y la acción para darles el alimento para tener vida eterna.
Los franciscanos llegaron el 25 de enero, día de la Conversión de San Pablo. Muchos franciscanos venían de casa nobles para entregar su vida a los indígenas, entre ellos está Francisco de los Ángeles. Todos estos franciscanos deberían de estar en camino a la canonización.
A los indígenas les cautivó la pobreza de los franciscanos, pues al caminar de Veracruz a México, venían con los hechos garras. Los indígenas decían “motolinia, motolinia”. Él preguntó: “¿qué significa?”, y le dice, significa “el que es pobre”. Le encantó y adoptó ese nombre. Motolinia era de Benavente. Era un religioso lego y solicitaba en el capítulo que se revisara sus escritos para que quedara una obra aprobada, pero pide que se conserve el anonimato y se ponga que “fue escrita por un fraile menor”.
La obra de Motolinia es autorreferencial ya que va insertando lo que vio y cómo lo vio. En 1535, en abril, ya era guardián del convento de Tlaxcala. Los conventos, como los vemos ahora, son edificaciones de la mitad del siglo XVI.
Vale la pena leer las descripciones que hace Motolinia de las fiestas religiosas, como la Vigilia de Pascua. Relata: “Antes de que amanezca (los indígenas) hacen su procesión, se regocijan con bailes y danzas”. Todo el camino estaba cubierto de flores que regocijaban la procesión. Podemos observar que, hasta la fecha, sobrevive esta tradición en las ciudades de Tlaxcala, pero ahora las hacen con aserrín. Asimismo, hacían arcos triunfales con flores, para las fiestas de los santos patronos. También hay estas procesiones en Guatemala, donde también estuvo Motolinia.
Se hacen tapetes con aserrín de colores actualmente en Guadalajara. Las mujeres van danzando como parte de la procesión.
Motolinia dice que hubo 1064 arcos grandes, muy floridos, por donde había de pasar el Santísimo.
Podemos calificar a los Doce franciscanos, que llegaron en 1524 a 1526, como personajes ilustres y santos, venían con un espíritu renovador de sus principios, y llevaron con un gran empeño la evangelización de la Nueva España. Todo ello, forman la génesis de nuestra identidad. Continuamos siendo una población católica, y ser católico implica una identidad con prácticas sacramentales, y somos afines a las prácticas ceremoniales religiosas colectivas, que confieren identidad. Fundan poblaciones para que la gente tenga cubiertas sus necesidades y puedan tener cerca su Iglesia y
La labor de los primeros Doce nos permitió una conciliación con nuestro pasado prehispánico. Motolinia no desecha el pasado prehispánico, lo que desecha es la idolatría, resalta la sencillez y la sabiduría de la sociedad indígena. Esta sociedad acepta la nueva cultura europea e integra sus valores con ella, haciendo con ello las bases de nuestra identidad.
La imagen es parte de un relieve en homenaje a Fray Toribio de Benavente, obra del artista mexicano Carlos H. Terrés y fue donado a la ciudad de Benavente (España): descubrebenavente.com