La comisión de cualquier delito tiene tres elementos fundamentales: el delincuente, la víctima y las condiciones para que dicho delito pueda tener lugar

Por Sergio Ibarra

El contexto de inseguridad que vive nuestra nación nos obliga a tomar medidas y a participar en incrementar los niveles de seguridad personal, familiar y de la comunidad en la cual vivimos.

La comisión de cualquier delito tiene tres elementos fundamentales: el delincuente, la víctima y las condiciones para que dicho delito pueda tener lugar. De manera que un primer paso que debemos hacer es revisar las condiciones de nuestras actividades diarias y del lugar en el que residimos y trabajamos. Bien dice el dicho que “la ocasión hace al ladrón”. La mayoría de los delitos suceden precisamente o porque alguien se coloca en el papel de víctima o porque las condiciones en que se desarrollan sus actividades permiten que el delincuente pueda actuar.

Es menester enunciar como un principio que debemos de atesorar y de seguir cultivando en nuestro estado: la prevención del delito. Cuando en Inglaterra nació el policing en 1829 por iniciativa del parlamento inglés, la idea era que vecinos de las colonias circularan en bicicletas con un silbato para que, ante cualquier condición de riesgo, hicieran sonar su silbato y advertirles a los vecinos que había una circunstancia de peligro.

Quizás aquí empieza el trabajo en donde cada una y cada uno de nosotros podemos contribuir al nivel de seguridad de nuestros hogares, de nuestros lugares de trabajo y de nuestro entorno.

Empecemos por las condiciones de nuestro hogar. ¿Qué tipo de cerraduras tenemos en las puertas de acceso al interior del hogar e inclusive en las ventanas? Invertir en una buena cerradura es invertir en seguridad si esta condición nos ofrece situaciones de vulnerabilidad con cerraduras que sean fáciles de poder abrir estamos dejando una primera oportunidad a que ocurra un delito.

En esta primera reflexión les sugiero, amables lectores, que se salgan de su casa y miren si ustedes quisieran entrar, por dónde se meterían; entonces, revisen las cerraduras de todos los accesos a su hogar.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 1 de diciembre de 2024 No. 1534

 


 

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