Por Carlos GARFIAS MERLOS, Arzobispo de Acapulco |

Del 18 al 20 de mayo, la Provincia de Acapulco, compuesta por las diócesis de Chilpancingo Chilapa, Tlapa, Altamirano y Acapulco, realizó un Taller Sobre Diálogo Social.  El objetivo fue: “Desde una metodología de la Educación Popular y un Método de Diálogo Social, Propiciemos Procesos de Diálogo, a fin de Favorecer la Reconciliación, el Perdón, la Verdad, la Justicia y la Paz en la Provincia de Acapulco”.

Pablo VI, en la Encíclica Eclesiam Suam, afirma que la Iglesia se hace palabra, mensaje y diálogo. Es una comunidad que escucha y que habla. Es un pueblo que se integra a partir del diálogo. Dios habla a su Pueblo y Él lo escucha. Pero el Diálogo más pleno de Dios con su Pueblo es Jesucristo. Jesucristo es el Gran Signo del Diálogo Pleno de Dios con su pueblo. Diálogo que brota del amor. Por ello, Dios es el modelo que la Iglesia tiene para dialogar con la humanidad, con el mundo y la sociedad.

Algunas características del diálogo de Dios: Primero, Él siempre toma la iniciativa. Así la Iglesia con el mundo y con otros actores sociales ha de tomar la iniciativa para sentarse a la mesa a dialogar. La Iglesia de Acapulco tiene que favorecer e impulsar el diálogo. Ella tiene que salir para dialogar.

Segundo, surge de la bondad.  Dios dialoga por bondad y misericordia. Nos amó tanto que nos busca para dialogar. El diálogo de Dios es fruto y expresión del Amor. Por ello cuando la Iglesia de Acapulco busca dialogar  no lo hace para encontrar alguna ventaja, ni para imponer sus puntos de vista. La Iglesia busca el diálogo a fin de construir una nueva civilización del amor.

Tercero, sin presiones. Dios nunca obliga, no presiona. Dios nunca se impone. Por lo que cuando la Iglesia de Acapulco busca dialogar ha de respetar la libertad de los demás. Jamás imponer. Pues el anuncio del Evangelio y su diálogo no ha de ser por imposición.

Cuarto, es universal. Dios dialoga con todos. El siempre busca a todos. No tiene favoritismos. La Iglesia de Acapulco ha de hacer lo mismo.

Quinto, saber respetar el momento y los procesos de cada uno. Dios toma el ritmo, el pulso, el camino de sus interlocutores. La Iglesia de Acapulco en este sentido en su búsqueda de Diálogo, respeta el proceso y el momento de cada sector y actor de la sociedad.

Ante la inseguridad y la violencia, y las emergencias sociales y políticas que se han generado, la Iglesia de la Provincia de Acapulco, quiere dialogar con el Estado, con la sociedad, con la cultura, con las comunidades afectadas, los empresarios, los candidatos a un puesto de elección popular, las víctimas y los victimarios. La Iglesia de Acapulco quiere comprometerse e impulsar y favorecer  el diálogo como camino para la reconciliación, el perdón, la verdad, la justicia y la paz.

CÓMO CONSTRUIR PROCESOS DE DIÁLOGO

Existen dos formas de construir la paz, a través de la fuerza o a través de la aportación, la colaboración y el diálogo. El diálogo es la herramienta que nos permite construir una comunidad en paz, sana y salva. Una comunidad que sea capaz de dialogar y de buscar formas concretas a través de los diversos actores que la componen, a fin de  alcanzar el valor fundamental de la paz.

Tenemos que crear las condiciones para generar procesos de diálogo. Una primera condición es llegar desarmado. Es decir, con la actitud de no atacar al otro. La segunda es escuchar al otro. Saber lo que el otro piensa, siente, cree y espera, nos pone en condiciones de alcanzar la paz. La tercera es no creer y actuar como si tuviéramos la verdad absoluta. Las posturas cerradas, fundamentalista y extremas no abonan a la paz.

Elementos para construir un proceso de Diálogo:

a) Detectar los conflictos. Los tres  conflictos más urgentes en la comunidad. Se selecciona en el más apremiante.

b) Mapeo de actores. Los actores pueden ser personas o instituciones, y pueden ser los que quieren resolver el problema, los que lo están generando o los que no quieren que se resuelva.

c)  Creación de directorios y elaboración de perfiles de las y los participantes.

d) Preparación logística para talleres y reuniones de seguimiento.

e) Distribución, sistematización y elaboración de documentos sobre el avance del proyecto.

f) Consolidación del grupo de trabajo permanente y el mantenimiento de la red de las personas que la integran.

g) Actualizar y mantener activa la red de organizaciones e instituciones a articular. Resolviendo el conflicto y acercando a los actores hacer preguntas sobre el tema para encontrar solución y lograr el compromiso personal, comunitario y social.

Un diálogo deja las puertas abiertas. La Iglesia en este sentido, tiene la estructura y la confianza para generar en la sociedad actual procesos de diálogo. El diálogo social es la gran herramienta para alcanzar una sociedad civil fortalecida. Es la gran oportunidad para salir y dejar a entrar  a la Iglesia a muchos que en la sociedad y en el mundo de paz y esperanza.

Por favor, síguenos y comparte: