Es recurrente que se abran talleres, se publiquen libros, se dicten conferencias sobre la fidelidad y la infidelidad. Pareciera que las personas están viviendo al límite de las emociones. Los psicólogos afectivos llaman a este proceso los «corazones de condominio», donde la infidelidad no es vista como tal sino justificada por los vínculos emocionales del momento
Por Mary Velázquez Dorantes / Twitter: @mary_dts
Es un tema observado durante las dos últimas décadas. Las estadísticas recientes revelan que en el mundo el 6.13% de las mujeres admite haber vivido una relación de infidelidad emocional o sexual. El tema de exclusividad de la pareja parece estar convirtiéndose en un tema pasajero. Ocurre por las nuevas formas de vida, sin valorar las implicaciones y los impactos a largo plazo.
Dentro del noviazgo o del matrimonio se han vivido escenarios donde la infelicidad es la causa más común de la separación de las parejas. La tensión y la depresión clínica que se ha diagnosticado durante los últimos 5 años en parejas tiene que ver con el proceso de divorcio a causa de la infidelidad.
Algunos terapeutas llaman a la infidelidad como una forma de violencia dentro de las relaciones amorosas. La búsqueda de sensaciones nuevas o emociones en explosión son producto inmediato de la tentación a ser infiel. La persona infiel no evalúa los riesgos a los que se está sometiendo. El 30% de los mexicanos ha sido infiel con su pareja actual, mientras que la media de edad de mexicanos infieles son los 28 años; la carga emocional de quienes la padecen genera graves efectos emocionales e incluso sociales.
¡UN CORAZÓN PARA TODOS!
Una de las tendencias más reveladores de los últimos años ha sido el poder del enamoramiento variado,.Jóvenes y no tan jóvenes quieren experimentar relaciones sexuales y emocionales variadas. La banalidad de la sexualidad y el erotismo han sido un ingrediente explosivo para tener un corazón de condominio. El amor maduro no llega, dado que la pasión e intimidad borran toda señal de compromiso, amor, compañerismo.
La infidelidad se ha colado como si fuera lo mismo que comerse una galleta. Algunos infieles no se consideran así porque argumentan que fueron víctimas del enamoramiento o simplemente del momento presente; la infidelidad femenina ha crecido significativamente y resulta obvia dentro de los estándares sociales. Muchos corazones en condominio son personas que evitan la cercanía emocional. Algunos son hedonistas del placer y otros no desean más que aventuras de corta duración. En una encuesta sobre por qué has sido infiel, realizada en México, se encontró que la respuesta más recurrente fue porque se aburren de la misma persona, mientras que el factor sexual fue el detonante para incurrir en la infidelidad. La mayoría de las veces se descubre a las personas infieles, mientras que quienes fungen como «amantes» consideran que no lo serán por el resto de sus vidas.
ADICCIÓN SEXUAL, ¿UNA TENDENCIA?
Los expertos han identificado que una persona que se engancha con la conducta infiel, se trata de una adicción sexual y no emocional; buscan la aventura y no el compromiso estable. Cuando la crisis de la infidelidad se presenta es porque el exceso a la adicción ha rebasado la vida de la persona. Una adicción sexual infiel es muy fácil de crear un desplazamiento de odio; se crea un rechazo emocional que es el reflejo de un rechazo a sí mismo.
La infidelidad altera los ritmos de vida de las personas, se muestran completamente intolerantes hacia los demás, consideran que han sido «invadidos» en su vida personal, pero, sobre todo, se cree que ser infiel actualmente es sinónimo de éxito social.
El 19% de los jóvenes considera que los tiempos han cambiado y no se tiene por qué ser fiel a una sola persona. Los países calificados con mayores tasas de infidelidad son Tailandia, Malasia, Rusia y Colombia. La Universidad de Binghamton en Nueva York ha revelado que existe un gen que se relaciona con adicciones como el juego, cuya propensión hacia la infidelidad es muy alta.
INFIDELIDAD ON LINE
El internet trajo consigo una serie de cambios en la vida de hombres y mujeres, entre ellos la infidelidad on line, o los corazones conectados.
Algunas de las personas que son infieles a través de la tecnología consideran que no lo son, dado que es un mundo virtual.No obstante, la infidelidad a través de las redes o el mundo virtual es tan dolorosa como la infidelidad «real». La proyección del otro sobre la pantalla es una doble moneda: no están buscando amor sino experiencias explosivas. Los mensajes de texto, el intercambio de imágenes liberan un alto deseo sexual. Algunos no consideran ser infieles sino coquetos; otros buscan citas con personas casadas o comprometidas sólo para intercambiar mensajes intensos. Es una práctica conocida como cushioning.
Para los nuevos usuarios la palabra infidelidad no existe, se trata de «nuevos amigos» que no dañan a nadie. Sólo una tercera parte de personas que están conectadas consideran el sexting como una infidelidad; el resto cree que es una forma inofensiva de relacionarse.
Te quiero, pero existen otras personas también. Es el argumento que predispone hacia la infidelidad, siendo que internet no garantiza un espacio de fidelidad: es un mundo donde las aventuras de riesgo están alertas y nadie está preparado para frenarlas.
Publicado en la edición impresa de El Observador del 24 de junio de 2018 No. 1198