El hombre que logró la independencia de México tuvo un triste final. Luego de fracasar como emperador, fue desterrado de la nación que él formo, y tuvo que vivir en Italia e Inglaterra, vendiendo las posesiones que le quedaban.

El Congreso mexicano, que tanto lo odiaba, lo declaró traidor y fuera de la ley, y lo condenó a muerte si osaba volver a su patria.

Nunca se explicó por qué llamaban «traidor» a un hombre que jamás hizo cosa alguna en contra de la soberanía de México.

Iturbide regresó a su  país sin saber que ese solo acto lo condenaba a la pena capital. No traía tropas, riquezas ni séquito; sólo su familia, algunos amigos y la convicción de que aún podía servir a la patria y a la paz.

Desembarcó en Soto la Marina, Tamaulipas; fue hecho prisionero y conducido al poblado de Padilla, donde el congreso local confirmó la pena de muerte.

Recibió el sacramento de la Reconciliación y se le llevó al lugar donde debía ser fusilado. Le ataron las manos y le vendaron los ojos. Finalmente un pelotón de sólo cuatro hombres lo fusiló. Era el 19 de julio de 1824.

El cuerpo de Iturbide fue vestido con un hábito franciscano y velado en un cuarto que servía como capilla. Luego se le enterró en la iglesia vieja del pueblo, sin techo y abandonada.

El general suicida

El general Manuel Mier y Terán era admirador de Iturbide. Había sido comandante de las Provincias Internas de Oriente, que incluían a Texas, y había luchado por detener la creciente invasión de dicha provincia por inmigrantes estadounidenses.

El general Mier y Terán supo que Texas se perdería, y que ese desastre iba a ocurrir muy pronto, por lo que cayó en una profunda depresión y perdió toda esperanza. En junio de 1832 se retiró  al pueblo de Padilla y se alojó en las mismas habitaciones en las que Iturbide estuvo preso.

El 2 de julio, Mier y Terán estuvo más de una hora contemplando el lugar donde cayó acribillado el ex emperador, y al día siguiente se suicidó frente a ese lugar, atravesándose con su propia espada. Había dejado por escrito la orden de que se le enterrara junto a Iturbide, con su cuerpo en contacto directo con los huesos de éste.

Aunque era una orden extraña, fue cumplida al pie de la letra.

El corazón de Bustamante

Pasaron seis años más. El presidente era entonces Anastasio Bustamante, quien había sido amigo y colaborador de Iturbide. Los tiempos políticos habían cambiado un poco, al grado de que Antonio López de Santa Anna, el mismo que se había levantado en armas contra el emperador Agustín I, había propuesto desde 1833 que se trasladaran los restos mortales de Iturbide a la Ciudad de México.

Así, en 1838, Bustamante ordenó el traslado de dichos restos a la capilla de San Felipe de Jesús, en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, donde permanecen hasta hoy.

Bustamante, influido por su entorno político, no hizo poner los restos de Iturbide junto con los de Hidalgo y los demás héroes de la Independencia, pues desde entonces ha dominado el prejuicio de que Iturbide merece un lugar menor.

Sin embargo, Bustamante conservaba seguramente una fuerte admiración personal por el consumador, pues al llegar el momento de su muerte dio una orden tan peculiar como la del general Mier y Terán: Bustamente dispuso que su corazón fuera colocado en la misma urna en la que están los huesos de Iturbide.

De héroe a villano

La memoria del  ex emperador fue profanada con el paso del tiempo, y los siguientes gobiernos de los siglos XIX y XX trabajaron activamente en convertir al héroe michoacano en villano nacional:

▶ Su nombre fue quitado de las paredes del Congreso.

▶ El Teatro Iturbide, de la ciudad de Querétaro, ahora se llama Teatro de la República.

▶ Jamás se le menciona en la ceremonia del Grito (15 de septiembre).

▶ La fecha de la verdadera consumación de la Independencia no se celebra.

▶ Hay pena de cárcel si cantas públicamente la estrofa del Himno Nacional que hace referencia a Iturbide.

D.A.G.B.

TEMA DE LA SEMANA: ITURBIDE, EL GRAN OLVIDADO DE LA HISTORIA

 

Publicado en la edición impresa de El Observador del 15 de julio de 2018 No.1201

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