Miedo, angustia, nostalgia y preocupación por una vida que al parecer tiene consecuencias fatales; ansiedad por lo que puede suceder o por ciertos actos de la vida cotidiana; aprehensión sin límites que abruma; existencias desoladas que arruinan el presente; se trata de pensamientos catastróficos que marcan la vida de los seres humanos
Por Mary Velázquez Dorantes
Es una nueva ola de sensaciones que abaten las decisiones, pensamientos o acciones en las que el hombre moderno se hunde bajo la sensación de abandono y rechazo. Algunos suelen pensar o imaginar el peor desenlace de una situación o problema por el que están pasando. Se trata de fantasías agonizantes en las que el futuro se avecina con únicamente razones ilógicas.
La vida optimista no se encuentra en el panorama inmediato, los pensamientos se vuelven una cadena evolutiva donde ser positivo no es una condición.
El catastrofismo es un nuevo estilo, donde las personas se inquietan, sufren miedo, relacionan las situaciones que suceden con nuevos pensamientos que producen temores irreales. Los escenarios de la mente son aferrados, desagradables y con una vida en la que se cuida cada cosa que sucede. Hoy te presentamos tres formas de deshacerte de un pensamiento catastrófico.
OBSERVA LO QUE PIENSAS
Se trata de un miedo a vivir a través de construcciones mentales en las que se cree que una situación puede empeorar. Muchos seres humanos son víctimas de pensamientos que los sacuden. El mundo moderno sucede muy rápido, las exigencias del capitalismo inundan las sociedades modernas, la susceptibilidad está a flor de piel.
Una de las mejores formas de evitar los pensamientos catastróficos es observar cómo se piensa y cuál es el reflejo de lo que se piensa; hacer un alto y descifrar detenidamente qué pensamientos son reales y cuáles son dramáticos; discernir entre el pesimismo y la catástrofe. Buscar un momento en silencio y realizar ejercicios de reflexión sobre los pensamientos que son más continuos. Si resulta complicado analizarlos mentalmente, se pueden realizar listas que identifiquen qué es real y qué no lo es.
También es importante guardar momentos de oración interna, dado que científicamente se ha comprobado que la oración en silencio evita las catástrofes mentales.
Observar el presente y derribar las fantasías negativas sobre el futuro es la clave para evitar que el miedo invada al ser humano. Una vez que se identifiquen los pensamientos catastróficos se deben anular con una acción real, como salir a caminar, mantener la calma, leer un fragmento de un buen libro; con ello se ayudará a pensar de manera objetiva y evitar la situación paralizante.
DESCANSA LA MENTE
Muchos pensamientos catastróficos llegan porque no hemos sabido controlar su presencia. Algunos se convierten en visitantes continuos sin evidencia de la realidad. Otros controlan las emociones o los sentimientos. Sin embargo, combatir su presencia tiene una estricta relación con la paciencia del pensamiento: se trata de ayudar a nuestra mente a mantener la calma y el equilibrio, con actividades que nos distraigan.
Conversar con las personas, escribir una carta, ser flexibles con las situaciones, identificar si las personas que te rodean tienen los mismos pensamientos, son acciones que ayudan a descansar la mente.
Si el pensamiento resulta atemorizante es momento de enfrentar ese miedo. En lugar de agobiarte y preocuparte, examina lo peor de la situación, sin alimentarla de fantasías o de depresiones. En la medida que se permite el incremento de pensamientos catastróficos se está renunciando a una vida plena. La distracción es la herramienta mental que disminuye la presencia de éstos. Elaborar listas de nuestros pensamientos con consecuencias reales nos permitirá reducir el abatimiento y el estrés mental.
HABLA SOBRE EL TEMA
La soledad es a veces un mal consejero. Los pensamientos negativos y de catástrofe aparecen cuando nos aislamos. Para ello es conveniente comunicar a personas de confianza lo que sucede al interior de nuestros pensamientos; ello ayudará a resolver los problemas que nos persiguen y ver la realidad con mayor claridad.
Evita abrumarte mentalmente, concede un minuto de paz y calma todos los días. Cuando nos centramos en la terribilidad la perspectiva de la vida se vuelve dura y oscura. Es importante saber cuándo necesitamos ayuda de un profesional y cuándo una buena conversación con un amigo, compañero o familiar son la respuesta de la tranquilidad mental. Los resultados de malos pensamientos suelen acabar con la creatividad de las puestas en escena de la vida. Dialoga y busca una persona que pueda ayudar a disminuir la dinámica controladora de tus pensamientos.
Publicado en la edición impresa de El Observador del 2 de diciembre de 2018 No.1221