Cuando Tomás de Kempis escribió La Imitación de Cristo aún no ocurría la mal llamada «reforma» protestante; por eso no es de extrañar que hubiera alcanzado una aceptación generalizada, por la cual, cuando comenzaron a surgir nuevas ramas del cristianismo, algunos de sus fundadores tenían el libro en sus bibliotecas.

Así, por ejemplo, John Wesley, fundador de la Iglesia metodista, leía el Kempis con frecuencia, y lo hizo publicar en su«Biblioteca Cristiana».

Y su influencia continuó en algunos miembros del mundo protestante a pesar del paso del tiempo; por ello el teólogo luterano polaco Dietrich Bonhoefer, que participó en el movimiento de resistencia contra el nazismo y que murió en un campo de concentración alemán en 1945, tuvo en su cautiverio el célebre libro del beato Tomás de Kempis.

Es verdad que no todos sus lectores se han mantenido en la ortodoxia cristiana o han virado hacia ella; pero en general han sabido reconocer las virtudes de esta obra; hasta Voltaire, no creyente, la consideraba como una obra maestra de la literatura ascética.

Obviamente el mundo católico es el que mayor aprecio le ha tenido, y no es para menos porque ha sido herramienta para muchos santos y otros hombres y mujeres notables. Aquí se dan algunos ejemplos de la capacidad transformadora del libro:

San Ignacio de Loyola

Este santo encontró una copia del libro en el castillo de su hermano cuando estaba en recuperación de la herida de cañón que mutiló su pierna en la defensa al asalto francés a Pamplona.

Leía cada día una página de la Imitación de Cristo. Pero en especial, durante el tiempo de retiro espiritual que pasó en una gruta de Manresa, España, el texto lo inspiró para concebir sus famosos Ejercicios Espirituales.

Santa Teresita del Niño Jesús

Entre los más ilustres pensadores que se consideran alumnos de La imitación de Cristo figura la santa de Lisieux, joven Doctora de la Iglesia.

Ella varias veces declaró conocer el libro de memoria por haberlo leído desde niña y, que esta obra era la pieza clave de su espiritualidad. Efectivamente, el Kempis es pieza clave para comprender plenamente la figura de la santa monja carmelita.

San Pío V

San Pío V llamó al famoso libro del Tomás de Kempis «el libro de los libros».

San Juan Bosco

San Juan Bosco escribió: «En mi juventud leí La Imitación de Cristo y me quedé admirado al darme cuenta de que este libro trae más enseñanzas en una sola página que los libros vernáculos en varios volúmenes. A este precioso libro debo el haberle tomado gusto a la lectura de libros espirituales y el haber dejado de leer libros vernáculos».

Venerable Mariana de San José

Fundadora de las Agustinas Recoletas Contemplativas, vivió entre los siglos XVI y XVII, y experimentó muchos episodios de éxtasis, pero siempre pedía a Dios que no se manifestaran en rasgos visibles en su exterior.

Escribió sobre una de esas ocasiones: «Llevaba en la mano el libro La Imitación de Cristo y, abriéndolo, topé con un capítulo que trata del día de la eternidad. A pocos renglones que leí, no pude pasar adelante, porque me sentí arrebatada y fuera de mí…, sentía que, deshecha mi alma en el Señor, le daba a gustar de aquellos infinitos bienes que tiene guardados a sus escogidos».

Beato Teresio Olivelli

Este seglar italiano de 29 años estudió derecho y fue profesor universitario. Iba todos los días a Misa y meditaba a diario los Evangelios y La Imitación de Cristo. Se unió a la resistencia católica contra el nazismo y el fascismo, fundando la publicación clandestina El Rebelde, donde llamaba a una revuelta no armada sino moral. Fue apresado y enviado a un campo de concentración de Alemania. Ahí daba asistencia espiritual a los presos y regalaba con frecuencia su comida a otros. Murió en 1945 protegiendo como escudo humano a un prisionero ucraniano.

Beata Conchita Cabrera

Esta mística mexicana escribió en su autobiografía que, cuando el que sería su esposo, Francisco Armida, la cortejaba, le regalaba «oraciones y versos piadosos», y que también le obsequió «el Kempis en un estuchito hermoso».

También cuenta que su esposo «le tenía mucho miedo a la muerte y leyéndole el Kempis a menudo le salía ese capítulo»; pero finalmente «para morir hizo confesión general y su miedo a la muerte se cambió en un perfecto abandono a la divina voluntad».

Santos que leyeron y recomendaron La Imitación de Cristo

  • San Pío V
  • Santa Teresa de Jesús
  • San Juan de la Cruz
  • San Juan de Ávila
  • Santo Tomás Moro
  • San Ignacio de Loyola
  • San Felipe Neri
  • San Vicente de Paul
  • San Juan María Vianney
  • San Alfonso María de Ligorio
  • Santa Luisa de Marillac
  • San Carlos Borromeo
  • Beato Claudio de la Colombiere
  • Beato Teófano Venard
  • San Juan Bosco
  • Santa Teresita del Niño Jesús
  • San Pío de Pietrelcina

No son santos, pero también lo apreciaron mucho

  • Beethoven, célebre músico alemán.
  • Ampére, científico francés.
  • Luis XVI, rey de Francia.
  • Hugo Wast, novelista argentino

TEMA DE LA SEMANA: VOLVER A KEMPIS PARA ECHAR ALMA

Publicado en la edición impresa de El Observador del 21 de julio de 2019 No.1254

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