«El Papa pide a Assad iniciativas concretas a favor de la población» y «sigue con aprensión y gran dolor el dramático destino», especialmente «de los niños que están involucrados en los sangrientos combates», comentó el cardenal Pietro Parolin.

Por Ary Waldir Ramos Díaz / Aleteia en El Observador

El Papa Francisco ha enviado una carta al presidente Bashar Hafez al-Assad en la que expresa «profunda preocupación» por la situación humanitaria en Siria, informó el nuevo director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, este 22 de julio de 2019.

El Pontífice ha mandado a sus emisarios al país del Oriente Próximo, actualmente sumido en la guerra desde marzo de 2011. La carta papal fue entregada al presidente Assad, en Damasco, por el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, acompañado por el cardenal Mario Zenari, Nuncio Apostólico en Siria y el Subsecretario del mismo dicasterio, padre Nicola Riccardi.

En la misiva fechada el 28 de junio, el Papa «expresa su profunda preocupación» por las «dramáticas condiciones de la población civil en Idlib», donde decenas de centros de salud han sido destruidos o cerrados.

El Papa ha pedido en varias ocasiones el fin del «exterminio» en Siria, escenario de acciones de guerra y de bombardeos contra civiles desarmados. Asimismo, exhortó a iniciativas concretas para el regreso seguro de las personas desplazadas, la liberación de presos políticos y el acceso de las familias a información sobre sus seres queridos y condiciones más humanas para los reclusos, entre otras.

El Papa hizo un llamado a Assad para la reanudación del diálogo y la negociación con la participación de la comunidad internacional, después de los fallidos intentos diplomáticos en los encuentros en Ginebra.

Los niños sirios, carne de cañón

Sobre el contenido y el propósito de la carta, Vatican News entrevistó al secretario de Estado Pietro Parolin, el primer colaborador del Papa en materia diplomática. Parolin dijo a Andrea Tornielli, director editorial, que el origen de esta nueva iniciativa es la preocupación del Papa por lo que sucede a los civiles, especialmente a los niños sirios y, específicamente, por la situación en la provincia de Idlib.

«En la zona viven más de 3 millones de personas, de las cuales 1.3 millones son desplazados internos, obligados por el largo conflicto en Siria, a encontrar refugio precisamente en aquella zona que había sido declarada desmilitarizada el año pasado. La reciente ofensiva militar se sumó a las ya extremas condiciones de vida que tuvieron que soportar en los campamentos, obligando a muchos de ellos a huir», dijo Parolin.

«El Papa sigue con aprensión y gran dolor el dramático destino de la población civil, especialmente de los niños que están involucrados en los sangrientos combates.Desafortunadamente la guerra continúa,[…] los bombardeos continúan, varias instalaciones de salud han sido destruidas en esa zona, mientras que muchas otras han tenido que suspender sus actividades total o parcialmente», añadió.

Bombardeos destruyen escuelas, hospitales y centros de salud

De esta forma, el Papa renovó su llamamiento para que «sean preservadas las principales infraestructuras, como escuelas, hospitales y centros de salud. Realmente lo que está ocurriendo es inhumano y no se puede aceptar», comentó el secretario de Estado.

«El Santo Padre pide al Presidente que haga todo lo posible para detener esta catástrofe humanitaria, por la salvaguardia de la población indefensa, en particular de los más débiles, en el respeto del Derecho Humanitario Internacional».

Posición humanitaria, no política

Parolin remarcó que la posición del Papa y de la Santa Sede no es política, sino humanitaria y por la paz. Por eso, el Pontífice usa tres veces la palabra «reconciliación» dentro de la carta dirigida a Assad: «este es su objetivo, por el bien de ese país y de su población indefensa».

«El Papa anima al presidente Bashar al-Assad a hacer «gestos significativos» y menciona la «liberación de los presos políticos» y el «acceso de las familias a la información sobre sus seres queridos».

Parolin citó un informe de marzo de 2018, realizado por la Independent International Commission of Inquiry on the Syrian Arab Republic, en el que se hablaba de decenas de miles de personas detenidas arbitrariamente.

«A veces, en prisiones no oficiales y en lugares desconocidos, serían sometidas a diversas formas de tortura sin tener ninguna asistencia legal ni contacto con sus familias. El informe señala que, lamentablemente, muchos de ellos mueren en prisión, mientras que otros son ejecutados sumariamente».

Diplomacia, el diálogo, la negociación

La posición del Papa y de la Santa Sede, confirmó Parolin, es poner fin al conflicto a partir de los instrumentos de la diplomacia, el diálogo, la negociación, con la asistencia de la comunidad internacional. El objetivo es encontrar una «solución política viable», «superando los intereses partidistas». «Tuvimos que aprender una vez más que la guerra llama a la guerra y la violencia llama a la violencia, como el Papa ha dicho muchas veces, y como repite también en esta carta».

Lecciones aprendidas de las negociaciones fallidas en Ginebra

«Lamentablemente, nos preocupa el estancamiento del proceso de negociación, especialmente aquel de Ginebra, para encontrar una solución política a la crisis. Por eso, en la carta enviada al presidente Assad, el Santo Padre lo anima a mostrar buena voluntad y a trabajar para encontrar soluciones viables, poniendo fin a un conflicto que dura desde hace demasiado tiempo y que ha causado la pérdida de un gran número de vidas inocentes».

De hecho, cerca de 250 mil personas han muerto y alrededor de un millón han sido heridas desde el inicio del conflicto en 2011. La ONU ha verificado la muerte de 7 mil niños en Siria, aunque la cifra real puede alcanzar los 20 mil.

Publicado en la edición impresa de El Observador del 28 de julio de 2019 No.1255

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