Cuarenta días después de la Pascua de Resurrección, Jesucristo ascendió a los Cielos. Era día jueves, y la Iglesia, en su liturgia, lo llama “Jueves de la Ascensión”. Se trata de una “fiesta de guardar” es decir, de participación obligatoria de todos los fieles en el Santo Sacrificio de la Misa, de acuerdo con el numeral 2177 del Catecismo de la Iglesia Católica, si bien se autoriza que, según las circunstancias particulares de cada región, se traslade esta celebración al domingo que le sigue.

La Iglesia tiene una jerarquía respecto de las celebraciones litúrgicas. Hay memorias, fiestas y solemnidades, siendo estas últimas las de grado más alto. La Ascensión del Señor es una solemnidad.

Dice el salmo: “Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya”. Sin embargo, los Apóstoles y demás discípulos, es decir, los miembros de la Iglesia, viendo elevarse a Jesús hasta el Cielo, probablemente experimentaron una mezcla de júbilo con tristeza, pues en adelante quedarían privados de la presencia física del Señor, a la cual estaban acostumbrados. Entonces dos ángeles con aspecto de hombres se les presentaron y les entregaron este consuelo, que ha de sostener a los cristianos de todos los tiempos: “Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al Cielo, volverá como lo han visto alejarse”.

Este deseo del retorno de Cristo está muy claro en las oraciones de la liturgia.Por ejemplo: “Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección; ¡ven, Señor Jesús!”. 

Y también: “Líbranos, Señor, de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos libres de pecado y protegidos de toda perturbación, y aguardando la venida gloriosa de Jesucristo, nuestra esperanza”.

En el corazón de muchos, sin embargo, resulta que hay un aletargamiento respecto del retorno glorioso de Jesús. Según diversos estudios, apenas la mitad de los bautizados cree que Jesús volverá algún día y, por lo tanto, son aún menos los que anhelan en su corazón el retorno de su Señor.

TEMA DE LA SEMANA: QUIÉN ES EL HOMBRE FRENTE A LA ASCENSIÓN

Publicado en la edición semanal digital de El Observador del 24 de mayo de 2020. No. 1298

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