Es más fácil aprender y retener si se aprende de una manera divertida. Los padres de familia pueden conducir a sus hijos por este camino, y además despertarles el interés por investigar. Aquí hay algunos ejemplos:
En español
No es que esté mal aprender en primaria qué es una biblioteca, un directorio, un folleto, una revista de divulgación científica, una encuesta, un cuento, un croquis, una monografía, una entrevista, un anuncio comercial, un guión teatral, un periódico, un debate, un tríptico, un poema, una biografía, un reportaje, etc.; pero lo cierto es que el programa oficial en México dedica tan poco espacio a las reglas de gramática y ortografía, que lo normal es que el alumno llegue a la secundaria —o incluso a la preparatoria— sin saber escribir bien ni su nombre pues, por ejemplo, omite los acentos.
Ayúdalo desde casa imprimiendo o elaborando pequeñas, y divertidas infografías para que aprenda a escribir correctamente. Hay muchas en internet, como las de www.edicionesmaspe.com , www.mundoprimaria.com o Pinterest. Tenerlas a la mano les ayudará ante la duda de cuándo escribir “por qué”, “porqué” o “porque”; “halla”, “haya” o “allá”; “a ver” o “haber”; “tubo” o “tuvo”; “sino” o “si no”; “he”, “e” o “eh”; “vaya”, “valla” o “baya”; etc. Igualmente para conocer las reglas de acentuación, puntuación, etcétera.
Júntese la familia por lo menos una vez por semana para leer en voz alta algún texto.
Sería genial leerles a los niños un cuento todas las noches, así asociarán la lectura con un momento agradable y acogedor, y ellos mismo irán interesándose en leer libros.
En Ciencias Naturales
Actualmente, cuando se les pregunta de dónde salen los frijoles u otros vegetales, son muchos los niños que literalmente responden “de la lata”; algunos no saben distinguir una naranja de una toronja, o una col de una coliflor, etc., sencillamente porque son demasiados los alimentos que ya se adquieren procesados. Siembra con tus hijos algunas semillas de plantas comestibles. Que los niños observen cómo se van transformando; que aprendan a distinguir distintas especies de plantas y que se encarguen, con tu supervisión, de regarlas y cuidarlas.
Aprovecha las circunstancias de la vida cotidiana para que tu hijo ponga atención en las propiedades y reglas de la física, que él comienza a estudiar a partir de tercer año de primaria (volumen, masa, temperatura, fuerza, reflexión y refracción de la luz, gravedad, palancas, etc.). Si tú mismo no recuerdas bien estas cosas, investiga junto con tu pequeño estudiante conforme se te va ocurriendo lanzarle preguntas.
Por ejemplo, pregúntale si la comida estará lista más pronto en una olla normal o en una olla exprés, y por qué. Si se presenta escasez de gas, pueden construir una cocina solar con un par de parasoles para automóvil, o forrando una caja con papel aluminio (hay diferentes modelos de estufa solar en internet), y pregúntale a tu hijo qué propiedades físicas están aprovechando para cocinar de esta forma. Si algo se cae de la mesa, pregunta al niño por qué el objeto acabó en el suelo y no se mantuvo flotando. Etcétera.
LA MEMORIZACIÓN ES IMPORTANTE
La idea de estudiar de memoria ha sido muy desprestigiada en las últimas décadas, porque suele darse por hecho que el niño que memoriza pierde el tiempo ya que no entiende absolutamente nada sino sólo repite como loro.
La verdad es que es indispensable que el niño desarrolle su memoria como parte de su proceso de desarrollo de la inteligencia.
Por supuesto, hay que ayudarlo a que entienda las cosas antes de memorizarlas; por ejemplo, que comprenda qué es una multiplicación y cómo elaborar las tablas de multiplicar antes de aprendérselas de memoria.
Hay otras cosas muy útiles de memorizar; por ejemplo, el nombre de los principales huesos de cuerpo humano. Mientras hacen en casa alguna otra actividad, como tender las camas o guardar los juguetes, repasa con tus hijos los nombres de los huesos empezando de la cabeza a los pies, y luego viceversa; jueguen a decirlo lo más rápido que puedan.
Juegos para la mente
Jugar en familia juegos de mesa puede ayudar al desarrollo cerebral y, por tanto, a mejorar el aprendizaje y desempeño escolar de los estudiantes.
Entre ellos se incluye, desde luego, el memorama; pero también las damas chinas, el dominó y el ajedrez, por mencionar algunos.
Igualmente los juegos que se resuelven en papel, como son los crucigramas, las sopas de letras y el sudoku.
Hasta las adivinanzas son buenas porque los niños tienen que escuchar con atención el enunciado, comprender el lenguaje, y asociar ideas para poder identificar la respuesta correcta.
TEMA DE LA SEMANA: «AFILAR EL LÁPIZ: EDUCAR PARA SOBREVIVIR»
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 28 de febrero de 2021 No. 1338