Hoy no es tiempo de egoísmos. La morenita del Tepeyac nos está pidiendo lo que Ella misma nos dio hace 490 años: la belleza y el esplendor de un país unido.
Hoy más que nunca México necesita una oposición firme, sólida. Eso dignifica a la presidencia. México nos necesita. Hoy no es tiempo de egoísmos.
Hoy no es tiempo de ver solo por nuestros intereses, aunque sean legítimos. Mucho menos, ver por intereses egoístas o mezquinos.
La belleza y el esplendor de un país se origina en la unión de sus ciudadanos: unión para perseguir lo mejor; unión para lograr buenos gobiernos.
Unión entre el trabajador tesonero, el estudiante entregado, el emprendedor visionario, la mujer profesionista, el ama de casa…, unión de todos para alentar la esperanza en el futuro.
La morenita del Tepeyac intuyó una Nación firme, sólida, con principios emanados de su Corazón de Madre. Ella quería una Nación de hombres y mujeres buenos. Podemos responderle votando este 6 de junio según su Corazón.