A decir de los científicos, la papa debió originarse hace unos 8 mil años en lo que hoy es Perú, cerca del lago Titicaca, a 3 mil 800 metros sobre el nivel del mar; y por lo menos hace siete milenios que los seres humanos comenzaron a domesticar estas plantas; por ejemplo, lograron producir una especie de papa resistente a las heladas, que sobrevive a 4 mil 300 metros de altura.
Hay más de 3 mil variedades distintas de papas, de todas formas y colores, aunque la mayoría de las especies que hoy se comercializan se derivan genéticamente de las 286 especies de papas silvestres del archipiélago chileno de Chiloé.
De papa a patata
La papa, del quechua papa, fue renombrada por los españoles como patata por el cruce de la palabra papa con la palabra batata, que es el nombre que en taíno (lengua procolombina de las Antillas) se le da al camote. De patata derivó en el inglés potatoe, el francés patate, etc.
Según las crónicas, la papa viajó en 1554 desde el antiguo Perú a España.
Seguridad alimentaria
Para los incas la papa había sido decisiva en la seguridad alimentaria de su imperio, constituyendo el más importante alimento del pueblo, y esto habría de repetirse en Europa, continente que vivía bajo la amenaza permanente del hambre.
En menos de un siglo de su arribo al llamado Viejo Mundo, la papa se convirtió en elemento capital de la alimentación de los italianos, los alemanes, los polacos, los rusos y otros pueblos.
A partir del siglo XVII, coincidiendo con la Guerra de los Treinta Años que sufrió Europa, la papa empezó a cultivarse masivamente para mitigar los efectos de la hambruna.
Los ejércitos de Napoleón subsistieron y combatieron gracias a las calorías que la papa aporta.
El caso de Irlanda
En Irlanda la papa se cultivó desde principios del siglo XVII, pues era el cultivo ideal para una isla afectada por la pobreza. Los animales salvajes y el ganado no causaban ningún daño a la planta, que además se podía cultivar en suelos pedregosos y laderas de colina empinadas. Por si fuera poco, se obtenía un 150 % del rendimiento por hectárea comparado con los cultivos de cereales.
Como Irlanda estaba sometida al yugo de los ingleses, tenía que enviarle a éstos su ganado y su cereal, por lo que a menudo la papa era el único alimento de los agricultores.
Un revés inesperado
A mediados de la década de 1840 cayó en toda Europa la plaga de un hongo llamado tizón tardío o mildiu, que atacó las plantas de papa y provocó la pérdida de estas cosechas. A causa de esto, en Bélgica murieron entre 40 mil y 50 mil personas, y unas 42 mil en Prusia, por dar dos ejemplos. Pero a Irlanda le fue peor, muriendo un millón de personas por el manejo político que Inglaterra hizo de esta situación.
Hoy la papa es el cuarto cultivo más importante a nivel mundial, sólo detrás del arroz, el trigo y el maíz.
Jitomate, maíz y calabaza
México ha dado una gran variedad de alimentos a la humanidad. ¿Qué sería el mundo sin el chocolate? ¿O la paella sin pimiento, que no es otra cosa que una variedad de chile? ¿O la pizza sin el jitomate?
El jitomate (del náhuatl xictomatl. Nombre científico Solanum lycopersicum), que los españoles llamaron abreviada y equivocadamente con el nombre de otro vegetal, el tomate (del náhuatl tomatl. Nombre científico Physalis ixocarpa), es muy cultivado en México ya que está presente en la mayoría de sus platillos; y, sin embargo, la producción mexicana, que asciende a 3.5 millones de toneladas anuales, apenas representa el 1.63% de la producción mundial de jitomate, lo que da una idea de la importancia de este fruto en las cocinas del mundo entero.
El maíz, el otro gran favorito de la cocina mexicana, también es alimento básico en Centroamérica, el Caribe, en la región andina de América del Sur, y en toda el África subsahariana. Hay países que lo aprecian mucho, pero no como alimento para hombres sino para ganado. Y ahora también se le produce para producir etanol (alcohol etílico) a fin de utilizarse como biocombustible para automóviles en lugar de gasolina.
La calabacita o calabacín es uno de los cultivos clásicos de la milpa, el agrosistema mesoamericano que logra con dicho vegetal, el maíz y el frijol (a veces chile también) en conjunto, un balance tal que mantiene el equilibrio ecológico del suelo; otro aporte de México para el mundo.
TEMA DE LA SEMANA: LA GENEROSIDAD DEL INDÍGENA O LA CONQUISTA DE REGRESO
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 17 de octubre de 2021 No. 1371