Por Jaime Septién

Estimados lectores y amigos de El Observador. Iniciamos este año con grandes esperanzas de poder seguir adelante en la tarea de hacer periodismo católico. Es una tarea fascinante. Pero, en mucho, depende de su ayuda. El costo de la vida en México nos ha golpeado a todos. No vamos a cargar nuestras pérdidas en el precio que pagan ustedes, lectores, suscriptores, bienhechores, anunciantes del periódico. Solo queremos hacerles una invitación formal que parte de una pregunta: ¿les interesa el periodismo católico?

Lo más seguro es que sí, porque por su lectura asidua (aunque en esta pandemia nos han bajado muchísimo las ventas) vamos a cumplir 27 años este 2022. Sin embargo, la invitación que quiero hacerles es que consideren la posibilidad de convencer a una persona de su círculo familiar, parroquial o de amistades a que lo compren cada semana o se suscriban para que le llegue a su domicilio, a su oficina, a su lugar de trabajo o a su parroquia. Una persona, ¿es mucho?

El equipo que labora en El Observador ha sido extraordinariamente leal y debe permanecer en sus puestos de trabajo. Una empresa católica tiene que luchar hasta lo posible para que nadie pierda su salario. Creo que también la comunidad católica tiene necesidad de que este medio de comunicación permanezca. Lo digo con humildad.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 23 de enero de 2022 No. 1385

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