Jonatan Narváez es productor, músico y cantautor católico. De origen argentino, tiene más de quince años impulsando el talento. Igual les da espacio a sacerdotes como el padre Edward Gilbert, o a jóvenes como Verónica Sanfilippo y artistas experimentados como Athenas. De a poco Dios lo fue guiando hasta encontrar su lugar y hoy, desde los estudios CODIA, es el cerebro detrás de muchas producciones exitosas.
Por Rubicela Muñiz
Jonatan, ¿cómo es que llegas a convertirte en compositor, arreglista y productor?
En mi casa siempre estuvo la música presente. Tengo cuatro hermanas que tenían un grupo de música cuando yo era pequeñito. Luego ese grupo se terminó, pero quedaron los instrumentos musicales que usaban, así que crecí entre guitarras, bajos y pianos.
Cuando llegó el momento de decidir si iba a estudiar, tenía muchas ganas de hacer algo relacionado con la música y entonces estudié la carrera de Producción Musical en la EMBA (Escuela de Música de Buenos Aires).
¿Qué tomas en cuenta a la hora de producir y apoyar a un nuevo artista?
Me encanta conocer nuevos artistas, y me gusta mucho trabajar con jóvenes porque tienen muchas ganas e ilusiones. Me gusta trabajar con artistas que sean auténticos, que busquen transmitir lo que llevan dentro. También hay artistas más experimentados que me enseñan mucho. En cada proyecto nuevo se aprende mucho.
¿Cuáles son las limitaciones que un músico o cantante católico tienen cuando inician un trabajo?
La principal es la falta de recursos. A veces faltan equipos o también dinero para poder acceder a un estudio de grabación. Pero hay muchos que encuentran la forma para poder salir adelante. Por ejemplo, hoy día con los celulares podemos hacer videos y dar a conocer nuestro trabajo.
¿Qué te gusta transmitir a los nuevos talentos?
▶R Con los nuevos talentos me gusta que aprendan a tomar lo mejor de cada uno, y que trabajen duro por sus sueños y anhelos. Tener paciencia, constancia y no desanimarse fácilmente, es casi tan importante como tener el don para cantar o tocar un instrumento.
La escuela que estás dejando, ¿qué satisfacciones te produce?
No había pensado nunca en esos términos. Me gusta pensar que trato de dar frutos en la vocación que Dios me dio, ser fiel en todo lo que puedo con mis aciertos y errores. Y animar a otros a que lo hagan también; con Dios nada es imposible.
¿Nos puedes compartir alguna experiencia de fe que hayas tenido con algún artista o al producir algún trabajo?
Al estar todo el día con música muchas veces uno deja de ver el lado emotivo de la canción y se concentra más bien en lo técnico. Que suene bien, que esté todo correcto. Pero algunas veces me ha pasado que trabajando en una canción nos hemos emocionado hasta las lágrimas el artista y/o yo de escuchar cómo va quedando. Esos momentos son preciosos porque para mí significa que la canción está cumpliendo su objetivo, que es transmitir un mensaje. En particular pienso que lo técnico -arreglos, mezcla- es importante, pero no es lo más importante en una canción.
Para saber más
» En su haber, Jonatan Narváez tiene una producción de más de 100 álbumes, lo cual equivale a más de mil canciones.
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Publicado originalmente en la edición digital de El Observador No. 1296 del 10 de mayo de 2020
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 2 de enero de 2022 No. 1382