En el año 2011 sucedió que, para celebrar el “Día del Idioma Español”, el Instituto Cervantes, a través de sus 78 centros repartidos por el mundo, convocó a personalidades famosas para que nominaran palabras a fin de que la gente pudieran votar cuál es la palabra más bonita del castellano.

Lo sorprendente es que ganó una no española sino de origen purépecha, propuesta por el actor mexicano Gael García: “Siento que no existe palabra más bella en el español que Querétaro; además, escrita es preciosa”.

En lengua purépecha, K’erhiretarhu —que se castellanizó como Querétaro—significa “lugar de peñascos”.

Lo anterior es un recordatorio de que los topónimos, es decir, los nombres propios geográficos —designando continentes, países, estados, ciudades, ríos, lagos, montañas, etc.— siempre tienen detrás cultura e historia. Su origen puede deberse a una remota tradición, a una lengua nativa, a un hecho histórico, a una consagración de índole religioso, a una motivación política, etc. Incluso a algún malentendido.

¿América o Colombia?

Un ejemplo de esto último —y a propósito de que este 22 de febrero se cumplen 510 años del fallecimiento del explorador y comerciante florentino Américo Vespucio— tiene que ver con el llamado “nuevo mundo”. ¿Por qué fue nombrado América y no Colombia, en reconocimiento al genovés Cristóbal Colón que lo descubrió?

La historia es ésta: Américo Vespucio viajó en una expedición portuguesa hacia este continente, principalmente por razones comerciales; y, al regresar, escribió una carta a Lorenzo de Médicis, llamando mundus novus (“nuevo mundo”) a dichas tierras.

Por su parte, Lorenzo de Médicis convirtió la epístola en un librito que publicó precisamente con el título Mundus Novus.

La pronta difusión de la carta en Augsburgo, Venecia, París, Roma, Núremberg, Estrasburgo, Rostock Colonia y Milán, aunado al prestigio publicitario de sus editores, creó la idea equivocada de que Vespucio había descubierto un nuevo continente.

Y comenzó a utilizarse su nombre para referirse a dichas tierras. Así, un hombre llamado Martin Waldseemüller hizo estampar mil copias de un mapa del año 1507, el llamado Universalis Cosmographia, pero poniendo por primera vez el nombre de América en la actual Sudamérica y, en Norteamérica el nombre de Terra Incógnita, Parias.

De que Américo Vespucio viajó a lo que hoy se llama América no hay duda, pero los historiadores no se ponen de acuerdo en si lo hizo dos o seis veces. También subsisten seis textos atribuidos a Vespucio, que narran sus viajes, reales o inventados; mas sólo hay una conclusión: no es posible saber qué escribió realmente el florentino y qué añadieron otras manos.

En memoria de Colón

Con el tiempo hubo quienes buscaron hacer justicia a Cristóbal Colón por su epopeya. Así, la ciudad capital de Ohio, en Estados Unidos, fue fundada en 1812 con el nombre de Columbus, por el apellido latinizado del genovés.

Y el 15 de febrero de 1819, al alcanzar su independencia, nació en el hemisferio sur un país al que se le nominó Colombia, que quiere decir “Tierra de Colón”.

TEMA DE LA SEMANA: “AMÉRICA LATINA: UNA REGIÓN, DOS MUNDOS»

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 20 de febrero de 2022 No. 1389

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