Desde los orígenes del cristianismo se honró la Sangre de Cristo, muy especialmente su presencia en las especies eucarísticas.
Una devoción bíblica
Esta devoción está bien fundamentada en la Biblia:
- San Pedro exhortó: “No olviden que han sido rescatados de la vida vacía que aprendieron de sus padres; pero no con un rescate material de oro o plata, sino con la Sangre preciosa de Cristo” (I Pedro 1, 18-19).
- San Pablo predica que Cristo Jesús es, ante el Padre celestial, “la víctima cuya Sangre nos consigue el perdón” (Romanos 3, 25).
- Jesús, por su parte, enseña: “En verdad les digo que si no comen la Carne del Hijo del Hombre y no beben su Sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi Carne y bebe mi Sangre vive de vida eterna, y Yo lo resucitaré el último día. Mi Carne es verdadera comida y mi Sangre es verdadera bebida. El que come mi Carne y bebe mi Sangre permanece en Mí y Yo en él” (Juan 6, 53-56).
- Y el último libro de las Sagradas Escrituras muestra a los verdaderos cristianos derrotando a Satanás y sus ángeles caídos: “Ellos lo vencieron con la Sangre del Cordero” (Apocalipsis 12, 11).
En la historia
A lo largo de los siglos, la Iglesia ha seguido conmemorado la Santísima Sangre de Jesús:
- El Papa Benedicto XIV, pontífice entre 1740 y 1758, estableció la Misa y el oficio en honor a la Sangre de Jesucristo.
- En 1849 el Papa Pío IX instituyó la fiesta universal de la Preciosa Sangre, asignándole el primer domingo del mes de julio.
- Pío X, en 1914, cambió esta festividad litúrgica al día 1 de julio.
- Bajo Pío XI, que pastoreó la Iglesia entre 1922 y 1939, se elevó la fiesta de la Sangre Preciosa a rito doble de primera clase.
- Juan XXIII aprobó las Letanías a la Sangre de Cristo, concediendo indulgencias —plenarias o parciales— a los católicos que las reciten pública o en privado.
Luego del concilio Vaticano II la fiesta se eliminó del calendario, y se cambió la del Corpus Christi por Corpus et Sanguine Christi; pero se estableció una Misa votiva a la Preciosa Sangre, que se puede celebrar en el mes de julio.
Influencia de san Gaspar
Parte muy importante para que se difundiera entre los cristianos la devoción a la Preciosísima Sangre fue la labor que realizó el sacerdote romano san Gaspar del Búfalo. En 1815 fundó la Congregación de los Misioneros de la Preciosísima Sangre, los cuales usaban con su sotana una faja y un gran crucifijo colgado con una cadena alrededor de su cuello, pero tan grande que tenían y tienen que ayudarse a sostenerlo mediante la faja. Pero san Gaspar tenía un motivo para esto: quería que, cuando iban a predicar, las personas sólo miraran “al que traspasaron” (Zacarías 12, 10) y que recurrieran a su Preciosa Sangre redentora.
Hay una profecía de san Gaspar de Búfalo referente a la purificación que habrá de darse en los últimos tiempos, llamada por diversos profetas del Antiguo Testamento como “el Día de Yahveh”. Dice este gran Apóstol de la Sangre del Señor que en dicha época ocurrirá una gran persecución y matanza de sacerdotes, además de muchas otras desgracias en Roma; sin embargo, “quienes veneren la Preciosísima Sangre, se verán libres de estas catástrofes”.
Así de poderosa es.
TEMA DE LA SEMANA: “CRISTO: LA PRECIOSA SANGRE DE UN CORAZÓN ENAMORADO»
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 3 de julio de 2022 No. 1408