Por Jaime Septién

Curiosamente fueron los medios no católicos los que le dieron gran difusión a un pasaje de la pasada Solemnidad de Santa María, Madre de Dios (1 de enero de 2022) cuando el Papa Francisco hizo esta aseveración: “Cuánta violencia hay contra las mujeres. Basta, herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tomó la humanidad de una mujer, no de un ángel, no, directamente de una mujer”.

El Papa ha colocado a la mujer en la toma de decisiones del gobierno de la Iglesia. Y ha pedido que los mismo suceda en todas las estructuras sociales. Si las mujeres gobernaran al mundo, ha dicho una y otra vez, no habría guerras. Tampoco habría pobreza. El genio femenino es el genio de la caridad más grande.

Durante la pandemia y por la impunidad brutal que se vive en México, la violencia contra las mujeres se ha exacerbado. Peor aún, tenemos una horrible cifra de diez asesinatos diarios de mujeres en el país. Se les llama feminicidios. Los católicos deberíamos llamarle ultrajes a Dios. Monstruosas manifestaciones para zanjar la inseguridad de los imbéciles.

El misterio femenino es el misterio de la vida. Aún aquellas que no son madres cuidan del otro con el máximo de amor. Uno de los traumas del machismo es llamar a la ternura debilidad. En la Biblia hay ejemplos de mujeres fortísimas. Ninguna como María. Es la mujer en su pureza extrema. La pureza de la entrega como esencia y camino de la felicidad.

TEMA DE LA SEMANA: “LA FUERZA DE LA MUJER EN LA BIBLIA”

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 2 de octubre de 2022 No. 1421

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