El agua bendita nos recuerda la gracia adquirida en el Bautismo y el perdón de nuestros pecados.

Por Mary Velázquez Dorantes

¿Por qué debemos tener agua bendita en nuestro hogar? ¿Cuál es el sentido de uso que debemos darle a este sacramental? ¿Podemos alejar al maligno con el rocío de agua bendita? Hoy hablaremos de este gran sacramental que nos recuerda la gracia adquirida en el Bautismo y el perdón de nuestros pecados. Sin embargo, también nos ayuda a que los demonios huyan de nuestra casa y evita que regresen.

Es importante que tengamos siempre en nuestro altar una dosis de agua bendita por nuestros párrocos porque, acompañada del signo de la cruz, podemos hacer una oración de alejamiento del mal.

Recordemos que este legado nos lo enseña Santa Teresa de Ávila, quien vivió grandes tormentos a causa del demonio y en sus batallas tomó el agua bendita y, diciendo una oración breve, roció por su dormitorio y logró alejar al demonio con el signo de la cruz.

Bendecir los espacios de la casa

Bendecir nuestra casa y sus espacios también ha sido un tema tratado por los sacerdotes exorcistas del Vaticano quienes dicen que el demonio teme a la fuerza de Dios y a todos sus sacramentales, entre ellos el agua y aceite bendito que nos protegen de forma constante. Se coloca con el signo de la cruz en puertas, ventanas y dinteles.

Bendecir las habitaciones, los patios y las salas de descanso acompañados de un sacerdote que rocíe el agua bendita es una acción que los demonios repudian.

Recordemos que al agua como elemento por sí solo no sirve, tiene que ser bendecida por un sacerdote. Debemos hacer uso correcto del sacramental y mantener la oración constante. El agua bendita se utiliza además como devocionales y la podemos encontrar regularmente a la entrada de los tempos y parroquias. Nos ayuda a purificar nuestros pecados veniales y a refrenar los actos del mal.

En la vida cotidiana

Con el agua bendita podemos bendecir los alimentos, la casa, los espacios de trabajo, las entradas y salidas; a nuestras familias, nuestros elementos de movilidad como puede ser el auto, la motocicleta o bicicleta, los jardines y espacio de ocio; a nuestros amigos y enfermos, a las mascotas.

Dado que es un gran aliado para la protección espiritual, la oración puede comenzar con un Padre Nuestro, una Ave María, un Gloria y la oración de San Miguel Arcángel. Santificar nuestras cosas y actividades cotidianas nos ayuda a mantenernos cerca de Dios, pero también es necesario usarla con conciencia y coherencia. Hacer mal uso de ella es incorrecto para un cristiano católico. No debemos caer en esoterismo y superstición.

Las tentaciones que tocan a la puerta de la casa se van cuando usamos agua bendita. Hacernos el signo de la cruz con agua bendita al entrar en un templo nos protege, podemos acompañar esta acción consiguiendo la indulgencia plenaria y acercarnos al sacramento de la Reconciliación.

El agua bendita nos protege, pero la gran tarea del católico es alejarse de las situaciones de pecado mortal, evitar los temas de brujería o satanismo, ser devotos activos de la Virgen María y acercarse a la Comunión constante. Tenemos que ser cristianos católicos conscientes de nuestra fe. El agua bendita nos ayudará como sacramental, pero nuestra misiva en la vida es comportarnos en acción como un cristiano que sabe el camino y cuida su relación con Dios.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 20 de agosto de 2023 No. 1467

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