Por Mary Velázquez Dorantes

Alejandra Poiré es una comunicadora católica, madre y esposa. Es maestra de Ciencias de la familia, biotecista, conferencista y motivadora, además de brindar asesoría individual y de parejas. Hace radio católica desde hace 17 años, trabaja el tema femenino desde una postura con dignidad y de la mano de Dios. La Virgen María es un modelo a seguir en sus contenidos radiofónicos, su plataforma se llama “Creciendo como Mujer”, un espacio que define así: “Somos puras mujeres, manejamos muchas disciplinas, pero siempre fundamentadas en la verdad, apegadas totalmente al Magisterio de la Iglesia Católica”. El Observador de la Actualidad conversó con ella.

Alejandra ¿cómo es que te vuelves una comunicadora católica tan activa?

El micrófono siempre me gustó desde niña; bailaba y cantaba y gustaba de hacer teatro. Soñé muchos años con hacer radio, me parecía apasionante. Así que mi mirada cambió de rumbo hacía la radio, pero comprendía muy bien el compromiso tan grande que implicaba porque nunca sabes hasta dónde llega tu voz y la resonancia que pueda tener tu mensaje en las personas. En aquel entonces mi director espiritual me dijo: “Tienes que prepararte”, y así lo he hecho, continuamente estoy en mi preparación espiritual y profesional.

¿Por qué es importante que contemos con medios católicos en estos días?

Los medios de comunicación se han transformado y han dejado de transmitir la verdad. La han trastocado para la conveniencia de unos cuántos. Desafortunadamente tienen un gran alcance a lo largo y lo ancho de todos los países porque se tienen los medios económicos, y esto ha dado como resultado el avance de ideologías que están en detrimento de la persona. Por medio de falacias tergiversan la verdad para reducir, por todos los medios, a la población mundial. Es decir, no matrimonios, no familias y una cultura de muerte rampante. Los medios de comunicación católica creemos que la Palabra de Dios está viva, buscamos extender el Reino de Cristo y esto conlleva a promover la verdad enarbolada desde la ciencia y la fe.

En este siglo lleno de tecnología, de avances científicos y de sombras de progreso, ¿cómo se refleja la presencia de Dios en nuestras existencias?

Toda la historia de Israel es un recuerdo de la intervención de Dios en la vida de su pueblo. Esta relación está sellada con un pacto de alianza. Dios hace con los hombres una alianza de amor. Hoy en día, independientemente de los avances tecnológicos, también nuestra vida está marcada por esta presencia amorosa del Padre. Tenemos una relación de intimidad con Él. Tan solo si pensamos que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios que es amor, y que estamos hechos con amor y para el amor, que tenemos esta vocación intrínseca en el corazón de todos nosotros, aquí siempre habrá ese reflejo de Dios en nuestra existencia. La libertad, la expresión máxima del amor de Dios, es un don, es un regalo. La capacidad de elegir entre el bien y el mal.

La libertad reside propiamente en la voluntad, pero sin conocimiento de la verdad, y por tanto del bien, no hay libertad. Quién tiene educada la voluntad es más libre y puede llevar su vida hacia donde quiera cuando se tiene la capacidad de elegir aquello que te hace mejor persona. La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina y su reflejo en el hombre. Y como ya mencioné, nuestra capacidad a amar, de aprender a abrir nuestros brazos para acoger al otro, para cobijar a quien necesita de nuestros cuidados, de nuestro cariño, nuestro amor y afectos; otra potencia del alma. Y basta mirar toda su creación, que te embelese. Mirar una puesta de sol, toda su naturaleza, ¡cómo no sentir su presencia!

¿Por qué es necesario contar con comunicadores, formadores que nos anuncien a Dios?

Hay una realidad contundente: somos naturaleza caída y el enemigo, que es astuto, usa como estrategia y gran con habilidad, hacernos creer que no existe. Sin embargo, atenta contra nuestra vida eterna y contra nuestra felicidad. Todo lo malo viene de él. Todo lo que se está “normalizando” con la ayuda de la deconstrucción de las palabras y de la persona, son resultado del terreno que ha ganado. Y mucho también por nuestra apatía.

Las audiencias cada vez son más complejas y sobresaturadas de datos ¿qué aconsejas para que volquemos la mirada hacia a contenidos que nos ayuden a desarrollarnos más humanamente?

Efectivamente, las nuevas generaciones están creciendo con la tecnología en sus manos, provocando que sean consumidores acríticos. Sin embargo, por otro lado, hay una necesidad muy grande de encontrar a Dios. Necesitamos, como padres, estar presentes, poner más límites, educar en el amor, potenciar la naturaleza humana de nuestros hijos. Pero también es muy importante ser testimonio para ellos, para que puedan llegar a ser hombres y mujeres más íntegros y críticos. Ser selectivos con lo que se lee y se ve. Necesitamos contenidos más amenos, que puedan llamar la atención de un niño, un joven o inclusive de los adultos.

Más información

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https://www.facebook.com/CreciendoContigoMujer

https://creciendocontigomujer.com/

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 17 de marzo de 2024 No. 1497

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