Por Mary Velázquez Dorantes

En medio de la crisis que enfrenta el Estado de Guerrero a causa de la violencia, los conflictos políticos y los desastres naturales, se encuentra Cáritas, la institución que anima y promueve la dimensión social de la fe, caridad, justicia, paz y solidaridad a nivel nacional e internacional, y que hoy brinda ayuda a los damnificados a causa de John, el huracán más reciente en el puerto de Acapulco.

John afectó a más de 128 mil personas, inundó 40 mil viviendas en 39 colonias y 18 localidades rurales del Estado, dejando a cientos de familias sin hogar ni recursos debido a los deslaves, las lluvias intensas y los desbordamientos de ríos.

La Arquidiócesis de Acapulco, junto con Cáritas, realizan una tarea exhaustiva de apoyo, solidaridad y caridad, un trabajo cuya cooperación no sólo incluye labores materiales, sino también la dimensión socio-pastoral y la misión social que la Iglesia tiene con los más necesitados y vulnerables.

Para Cáritas la cooperación solidaria se manifiesta en momentos donde las familias, y el propio ser humano, hacen frente a los desafíos, como lo son en esta ocasión los desastres provocados por el huracán John, y como lo fue el huracán Otis (2023), que dejó 580 mil personas damnificadas y alrededor de 270 mil viviendas afectadas. A todos ellos, la institución ofrece una mirada de acompañamiento, ayuda en especie, fortalecimiento de las capacidades emocionales, sensibilidad ante la necesidad y responsabilidad mutua.

Las parroquias, coordinadas por los sacerdotes, se han convertido en un canal para la distribución de ayuda al abrir comedores comunitarios en los que se sirven más de 900 comidas por día. Además, las parroquias se han convertido en albergues y centros de acopio, y trabajan de forma coordinada con Cáritas Acapulco, Cáritas Mexicana y Cáritas de Estados Unidos.

LA CARIDAD QUE RESCATA LA DIGNIDAD DE LA PERSONA

Porque el testimonio de la caridad se refleja en las obras, Cáritas Acapulco trabaja en la dimensión integral del ser humano. Entre sus aportaciones se encuentran las jornadas de escucha y acompañamiento psicosocial a las familias que han quedado vulneradas. El equipo de voluntarios escucha, acoge y trabaja para proteger y fortalecer la salud mental y emocional, indispensable para los momentos de crisis.

Existen cinco puntos de encuentro para la asistencia de la escucha: la parroquia de San Nicolás de Bari (La Laja); la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús (Costa Azul); la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Zapata); la parroquia de San Cristóbal (Progreso) y la Parroquia de San Bartolomé Apóstol (Tecpan de Galeana). En algunas de estas parroquias se han abierto talleres gratuitos, se han implementado las visitas a enfermos con padecimientos crónicos e inmunes como el cáncer; voluntariados que ayudan a motivar la reconstrucción emocional de las familias, centrando el papel de la caridad como una fuerza impulsora para el desarrollo de las personas. Para Cáritas Acapulco la caridad proviene de la relación personal con Dios y con el prójimo, siendo un don que no sólo abarca lo material, sino todas aquellas acciones que proveen de esperanza y auxilio en la desesperación.

LA CARIDAD COMO LUZ EN EL CAMINO

En las diferentes comunidades de Acapulco se encuentran adultos mayores, niños o madres embarazadas que no se pueden trasladar de un punto otro con facilidad y, para ello, Monseñor Leopoldo González González hizo un llamado titulado “Seguir dándonos la mano”, para auxiliar a cada persona, sobre todo a aquellas que no puedan ir por comida caliente a los comedores comunitarios o bancos de alimentos.

La tarea de Cáritas permite formar equipos de trabajo entre quienes no vivieron afectaciones para que, de forma solidaria, puedan asistir a los afectados, trabajar en labores de limpieza o en la clasificación de víveres en las distintas parroquias.

Pero no todas las localidades afectadas han podido ser atendidas, debido a que aún existen zonas con caminos destruidos, que dificultan el paso a los albergues, por lo que uno de los retos de Cáritas es acercar a las comunidades alejadas alimentos y agua. Ante la destrucción de carreteras y caminos, también se trabaja en jornadas donde los amigos y vecinos se reúnen para ir limpiando, abriendo rutas y haciendo rehabilitación oportuna en las zonas de deslaves. Para esta organización, cada apoyo contribuye a la reconstrucción de cada uno de los puntos devastados, contemplando el esfuerzo en comunidad, las aportaciones económicas, los donativos en especie y el trabajo en equipo.

LA CARIDAD COMO VOCACIÓN TRANSFORMADORA

Los laicos, ya sean integrantes de coros, pastoral juvenil o pastoral familiar, se suman a la organización de víveres para, posteriormente, visitar albergues y compartir con ellos los alimentos. También, aprovechan para jugar con los más pequeños y realizar actividades lúdicas. Los sacerdotes de otros Estados se suman a esta labor bajo el lema: “Todos somos Iglesia y estamos llamados a la vocación de la caridad”.

Cada acto se contabiliza como fruto de la preocupación por el otro, por lo que se han incorporado programas de acompañamiento a las víctimas de la violencia y el monitoreo de incidencias en comunidades. Además, se han formado equipos comunitarios atentos a las posibles emergencias colaterales, y se ha establecido un diálogo constante entre los padres de familia y el quehacer evangélico y espiritual, ofreciendo celebraciones eucarísticas por las personas que han desaparecido a causa de los fenómenos naturales.

ACCIONES INICIADAS POR CÁRITAS:

  • Se aperturaron 14 centros de acopio estratégicos en San Juan Nuevo, Uruapan, Paracho, Cherán, Zamora, Sahuayo, Los Reyes y Penjamillo.
  • A través de la Red Cáritas se abren centros de acopio para que los donativos en especie puedan ser entregados en puntos cercanos a los municipios afectados.
  • Se han establecido centros de acopio en las curias parroquiales.
  • Se mantiene una comunicación entre las diócesis de Puerto Escondido y la arquidiócesis de Acapulco.
  • Se ha brindado formación para los equipos comunitarios que dan respuesta a las emergencias en Playa Azul, Cimientos, Espinalillo, Playa del Carrizal, El Cayaco y San Nicolás.

NECESIDADES EN LAS QUE PODEMOS COLABORAR:

  • Insumos de higiene y alimentos no perecederos.
  • Electrodomésticos (estufa, refrigerador, lavadora, etc.)
  • Combustible para cocinar.
  • Muebles (cama, sillas, roperos, etc.)

DONATIVOS:

Cáritas Mexicana IAP
Banco: BBVA
Cuenta: 0123456781
CLABE: 012 180 00123456781 5

Cáritas de la Arquidiócesis de Acapulco A.C.
Banco: Santander
Cuenta: 65506951984

En especie y voluntariado en las sedes de:
Parroquia Costa Azul
Parroquia de la Poza
Nueva Catedral de Cristo Rey.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 20 de octubre de 2024 No. 1528

 

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