El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos comentó que en el marco de la 96 Asamblea Plenaria de la CEM, los obispos de Michoacán y de Guerrero tuvieron un espacio para plantear algunos aspectos relacionados con la situación de violencia en México y, particularmente, en las diócesis de esos estados, «al mismo tiempo que pudimos compartir nuestras experiencias sobre lo que estos contextos de inseguridad y violencia significan para la evangelización».

Monseñor Garfias señaló que pudieron plantear que «la construcción de la paz es una perspectiva fundamental y necesaria de la Nueva Evangelización en México y que en los contextos más violentos, las diócesis tenemos una mayor responsabilidad social relacionada con las capacidades que tenemos para convocar y para acompañar a las comunidades en iniciativas orientadas hacia la paz y a la seguridad».

Indicó también que los obispos has estado atentos a la situación de violencia que afecta al país, y han concluido que «la Nueva Evangelización es la manera concreta como estamos realizando en México la Gran Misión continental y que tenemos que lograr un encuentro con Cristo de nuestros feligreses, de tal manera que su condición de discípulos se refleje en su manera de vivir y en la proyección social que tenga su fe».

El arzobispo fue enfático al señalar que, como pastores, se sienten cuestionados por el hecho de «que no se refleje en la vida social, política, económica y educativa la fe de nuestro pueblo católico»; y añadió que los obispos desean «consolar a nuestro pueblo e implementar procesos auténtico de Nueva evangelización en nuestras diócesis».

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