Cerca de 1000 devotos, católicos y de otras confesiones, celebraron la fiesta de la Virgen de Guadalupe en Sri Lanka. Los fieles llegaron hasta Karikattiya, cerca de  Puttalam (en la parte occidental del país), viajando desde cada diócesis para rendir su homenaje a la Virgen y darle las gracias por los dones recibidos por su intercesión.

Los festejos comenzaron el 9 de diciembre con una “cadena de Rosarios” que prosiguió hasta el 12 de diciembre, día dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe. Tras recitar el Rosario, los presentes recibieron la bendición del padre Amal Raaj, el párroco.

Luego se desarrolló la celebración litúrgica, que fue oficiada por el párroco y por el presbítero Mervyn Vincent. Durante la homilía, este último contó que se había dirigido a la Virgen para pedirle la bendición de su sacerdocio. “He pedido a Nuestra Señora de Guadalupe que me guíe y me bendiga, para que yo sea un buen sacerdote”, dijo.

“María – agregó – era una mujer sencilla, pero ella mostró una gran fuerza, con la cual supo sortear todos los problemas y sufrimientos que padeció. Debemos pedir a la Virgen que cumpla nuestros pedidos y que nos conceda misericordia y nos guíe para alcanzar el Reino de Dios”.

Entre los fieles hubo un grupo de peregrinos llegados en tren que optó por participar de un modo insólito. Se subieron en la estación de Fort en Colombo, y apenas la formación dejó el andén con las primeras luces del alba, los peregrinos se reunieron en dos vagones. Allí decoraron los carros y transcurrieron todo el viaje entonando cantos navideños y recitando el Rosario. Al terminar los festejos, los peregrinos volvieron a subirse al tren y regresaron a sus hogares.

Con información de AsiaNews

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