Por Modesto Lule MSP

La sabiduría no es una cosa que se encuentra como una piedra en el camino, la sabiduría es algo que se tiene que pulir con el paso del tiempo

Juan se había graduado en la universidad de ingeniero agrónomo. Fue a visitar a sus abuelos que vivían en un rancho alejado de la ciudad. Para llegar ahí tenía que caminar mucho tiempo o a lomo de animal. Cuando llegó al cerro donde estaba asentada la casa de sus abuelos solamente pudo mirar otras pocas casas en las laderas del cerro, una pequeña iglesia y era todo lo que formaba aquel rancho.

Su abuelo muy contento platicaba con Juan aquella anécdota del ingeniero que llegó a presumir sus conocimientos a un rancho y buscó al delegado para hacerle unas preguntas.

Cómo ser sabio

El nuevo ingeniero le preguntaba al delegado que si ahí en el rancho crecía el jitomate y el delegado le dijo que no; el ingeniero le preguntaba si crecía en el rancho la lechuga y el delegado dijo que tampoco y así otros productos. Al final el ingeniero le preguntó al delegado: oiga, y si sembramos maíz, ¿cree que se dé en estas tierras? A lo que el delegado le respondió, bueno, si sembramos ya es otra cosa. Si no se siembra es poco posible que se den las cosas.

Juan, que escuchaba a su abuelo, se sonrojaba, pues conociéndolo un poco sabía que quería decirle algo a él con ese cuento. Juan le preguntó a su abuelo qué cuáles serían las actitudes o cualidades de una persona sabia, a lo que el abuelo le respondió, debe ser prudente, actuar con buen juicio. Debe de tener un comportamiento ético, es decir que, al decir o juzgar alguna situación, lo debe hacer con integridad
y neutralidad.

Debe tener una armonía entre el ser y el querer. Esto quiere decir que su actitud de saber debe llegar más allá de únicamente poseer conocimiento, debe disfrutar lo que se tiene. Debe tener una inteligencia abstracta, que es la capacidad de descifrar, y comprender cualquier acción de la vida para poder ver más allá de las acciones. Debe tener inteligencia intrapersonal.

La persona con inteligencia intrapersonal se conoce bastante bien a sí misma, puede identificar sus propios sentimientos, objetivos, miedos, virtudes y defectos; y en circunstancias más afortunadas, puede usar este conocimiento para tomar un buen criterio de decisiones importantes. Debe tener inteligencia interpersonal, que es la capacidad de diferenciar a las personas, entender sus motivaciones, colaborar con ellas de manera eficaz y, si es necesario, influir en ellas. Las personas sabias buscan solucionar problemas, no hacer más grande lo que de por sí ya hay en la vida.

La sabiduría

Juan escuchaba atentamente a su abuelo y se quedaba sorprendido de las cosas que escuchaba y más se sorprendía al saber que su abuelo no era persona con muchos estudios. Juan tuvo que analizar cómo tenía que hacer la pregunta para saber la fuente de ese conocimiento de su abuelo, pues quedaba sorprendido de la manera con la que hablaba. Oye, abuelo, le dijo Juan.

Dime, dijo al abuelo, ¿de dónde te viene esa manera de platicar las cosas y con esa visión tan profunda? El abuelo no pudo más que sonreír y mover la cabeza. ¿Te sorprendes de esto que te digo, hijo? Preguntó el abuelo. Sí, dijo Juan.

Yo muchas veces te he platicado de esta forma, pero veo que hasta ahora notas la manera como me dirijo a ti. Puede ser que mi pensamiento ya cambió, dijo Juan. O puede ser que ya analizas más las cosas por la edad que tienes, dijo el abuelo. Puede ser, dijo Juan. El abuelo tomó un poco de chocolate y dijo: Juan, cuando vamos creciendo hay que aprender a escuchar y en esa medida vas a comenzar a aprender. No rechaces a los demás por como visten o como hablan.

Siempre habrá algo bueno en los demás, incluso a lo mejor en ese momento no lo notas, pero hay que saberlo encontrar. La sabiduría no es una cosa que se encuentra como una piedra en el camino, la sabiduría es algo que se tiene que pulir con el paso del tiempo, con el escuchar y reflexionar las cosas que vemos o escuchamos, con aquello que hacemos día con día, con lo que nos sale bien y, sobre todo, con lo que nos sale mal.

Una persona no es sabia, se hace sabia cuándo sabe manejar las situaciones de la vida. No acumules solamente conocimientos, acumula y asimila experiencias de vida y eso te abrirá nuevos caminos.

Publicado en la edición impresa de El Observador del 26 de enero de 2020 No.1281

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