Es importante saber cómo reaccionar sin perder el control
Por Mary Velázquez Dorantes
El escenario actual puede provocarnos una situación de pánico frente a los casos de emergencia, y es por ello que en esta edición hablaremos sobre cómo de forma individual, y también de forma colectiva, debemos aprender a no ser víctimas del pánico, tomando en cuenta la prevención, la reflexión y la gestión social como elementos clave frente a una situación de crisis.
Lo más significativo para estos momentos es saber cómo reaccionar sin perder el control, o tomar decisiones precipitadas. Nuestro comportamiento frente a las emergencias es el primer paso para evitar una cadena de sucesos trágicos, donde el pánico es el principal protagonista.
EVITA LAS CONFUSIONES
Las reacciones más comunes frente a los fenómenos colectivos que pueden provocar pánico son la confusión, la ira y el desorden; por lo tanto, antes de actuar frente a una situación determinada, es necesario que nuestro comportamiento no esté movido por la confusión.
Es importante aprender de la unidad, del trabajo en equipo, de la mirada reflexiva de los hechos y del análisis de todas las posibilidades que rodean al problema. Nuestro grado de respuesta muchas veces tiene que ver con nuestro tipo de personalidad, nuestras reacciones tienen que ver con nuestras conductas, y la confusión muchas veces alimenta la histeria, las posturas exageradas, las conductas infantiles, o, del otro lado de la moneda, una conducta depresiva o pesimista.
UTILIZA MEDIDAS PREVENTIVAS
La prevención en muchos de los casos es la clave de la solución. Por lo general las personas, frente a una emergencia, reaccionamos cuando ya no podemos hacer nada; así que uno de los primeros pasos es saber prevenir de forma eficaz. Esto incluye la toma de decisiones realistas, el combate a las excusas, la búsqueda de recursos preventivos, la información correcta, atención a la percepción de amenaza, y el balance de nuestras emociones frente a las emergencias.
CONTROL DE PÁNICO
Un desastre, una crisis, una emergencia tiene que estar controlada de forma individual y colectiva. El peligro del pánico desmedido es contagioso, y la mejor forma de evitar este contagio es a través del llamado control de pánico. Aquí algunas recomendaciones para no alimentar el miedo de forma
desproporcionada:
- El trabajo comunitario y la compañía de nuestros familiares siempre es el mejor recurso para sentirnos seguros. Es lo que llaman el auxilio psicológico.
- Es importante saber seguir instrucciones, aprender del auto control emocional, conocer a las personas cuya labor es la protección social.
- Reconocer que nuestros actos de forma personal pueden provocar neurosis o psicosis de forma colectiva.
- Tener cuidado de cómo nos informamos, cuáles son nuestras respuestas. Identificar el grado de problema que tenemos de frente nos ayudará mucho a ser una sociedad sana, sin crisis.
- Tender nuestra mano al otro en cualquiera de las situaciones mencionadas evitará caer en la trampa del pánico.
Publicado en la edición semanal digital de El Observador del 5 de abril de 2020 No.1291