• “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5, 9).
  • “El Señor dará fuerza a su pueblo, dará a su pueblo bendiciones de paz” (Salmo 29, 11)
  • “Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y ponte a perseguirla” (Salmo 34, 14).
  • “Los humildes heredarán la tierra y gozarán de inmensa paz (…) Espera en el Señor y sigue su camino, Él te librará de los impíos, y te mantendrá hasta que heredes la tierra; presenciarás la caída de los malos. He visto al impío, vuelto tirano, elevarse como un cedro del Líbano. Pasé de nuevo, pero ya no estaba; lo busqué, pero no lo encontré. Observa al perfecto, mira al hombre recto: toda una posteridad tendrá el hombre de paz. Los pecadores, en cambio, de una vez se irán, la raza de los malos será exterminada. La salvación de los justos viene del Señor, Él es su refugio en tiempos de angustia. El Señor los ayuda y los libera, salva a cuantos confiaron en Él” (Salmo 37, 11. 34-40).
  • “Quiero escuchar lo que dice el Señor, pues Dios habla de paz a su pueblo y a sus servidores, con tal que en su locura no recaigan. Cerca está su salvación de los que le temen y habitará su Gloria en nuestra tierra. La Gracia y la Verdad se han encontrado, la Justicia y la Paz se han abrazado;’ de la tierra está brotando la verdad, y del Cielo se asoma la justicia. El Señor mismo dará la felicidad, y dará sus frutos nuestra tierra. La rectitud andará delante de Él, la paz irá siguiendo sus pisadas” (Salmo 85, 9-14)
  • “Así habla el Altísimo, que vive en su morada eterna, y cuyo Nombre es santo: ‘Yo vivo en lo alto y me quedo en mi santidad, pero también estoy con el hombre arrepentido y humillado, para reanimar el espíritu de los humildes y a los de corazón quebrantado. (…) El rebelde no hacía más que seguir las indicaciones de su corazón, y yo vi su conducta. Pero yo le devolveré la salud, lo alentaré y lo ayudaré a recuperarse. Y a los que están de duelo haré que les brote la risa de sus labios: ¡Paz, paz al que está lejos y al que está cerca!, dice Yahveh. Sí, Yo te voy a sanar” (Isaías 57, 15-19).
  • “Les dejo la paz, les doy mi paz; pero no se las doy como la da el mundo” (Juan 14, 27).
  • “No devuelvan a nadie mal por mal, y que todos puedan apreciar sus buenas disposiciones. Hagan todo lo posible para vivir en paz con todos” (Romanos 12, 17-18)
  • “Quiero que sean ingeniosos para el bien y firmes contra el mal. El Dios de la paz aplastará pronto a Satanás y lo pondrá bajo sus pies” (Romanos 16, 19-20).
  • “Cristo es nuestra Paz” (Efesios 2, 14).
  • “En toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de gracias a la súplica. Y la paz de Dios, que es mayor de lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4, 6-7).
  • “Yahveh, dígnate darnos la paz, pues, sólo Tú llevas a feliz término lo que hacemos nosotros” (Isaías 26, 12).

TEMA DE LA SEMANA: «IGLESIA: UN FARO DE PAZ EN LA TORMENTA»

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 24 de julio de 2022 No. 1411

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