Los siguientes ejemplos son muestra de cómo la labor de los monjes católicos, especialmente en la Edad Media, resultó decisiva para el progreso de la civilización occidental:

  • A lo largo de mil quinientos años los monjes salvaron la agricultura: donde llegaban transformaban las tierras vírgenes en cultivos, trabajaban con sus propias manos para drenar pantanos y desbrozar bosques. Los monjes benedictinos fueron los agricultores de Europa: transformaron amplias zonas del continente en tierras cultivables.
  • Los monjes fueron pioneros en la producción del vino. El descubrimiento del champán fue obra del monje Dom Perignon.
  • En cuanto a la tecnología medieval, la orden cisterciense construyó sistemas que, mediante la energía hidráulica, molían el grano, tamizaban la harina, elaboraban telas y curtían pieles.
  • La destreza metalúrgica de los monjes cistercienses ayudó a la difusión de las máquinas en Europa durante la Edad Media. Ya se tratara de la extracción de la sal, el plomo, el hierro, el alumbre, el yeso o el mármol, o de la elaboración de cuchillería, vidriería o de la forja de planchas de metal, los monjes desplegaron su espíritu investigador y extendieron su pericia por todo el continente.
  • El monje Eilmer, en los comienzos del siglo XI, voló a más de 90 metros de altura con un planeador, y, siglos más tarde, el jesuita Francesco Lana-Terzi desarrolló la técnica del vuelo más sistemáticamente y se hizo merecedor del título de “padre de la aviación”.
  • El primer reloj fue construido por el futuro papa Silvestre II para la ciudad alemana de Magdeburgo, en torno al año 996. Otros monjes que perfeccionaron el arte de la relojería fueron Peter Lightfoot (siglo XIV) y Ricardo de Wallingford (siglo XV).
  • Las catedrales de Bolonia, Florencia, París y Roma se diseñaron en los siglos XVII y XVIII con el propósito de servir como observatorios solares. En ningún otro lugar del mundo existían instrumentos más precisos para el estudio del sol.
  • El padre Clavius, uno de los grandes matemáticos de su tiempo, encabezó la comisión que elaboró el calendario gregoriano (que entró en vigor en 1582), un sistema de medición que resolvía las numerosas imprecisiones del viejo calendario juliano.
  • El dominico san Alberto Magno (1200-1280) recopiló como naturalista una asombrosa cantidad de datos sobre el mundo que lo rodeaba. Su prodigiosa obra abarcó la física, la lógica, la metafísica, la biología, la psicología y diversas ciencias de la Tierra.
  • Robert Grosseteste, canciller de Oxford y obispo de Lincoln, fue el primero en escribir la serie completa de pasos necesarios para llevar a cabo un experimento científico.
  • El beato Nicholas Steno, obispo y médico, fue pionero de la anatomía (descubridor de la glándula parótida) y además el primer geólogo.
  • El jesuita Athanasius Kircher fue el iniciador de la egiptología.
  • El jesuita y astrónomo Giambattista Riccioli fue el que midió el índice de aceleración de un cuerpo en caída libre.
  • El jesuita Roger Boscovich fue el autor de la moderna teoría atómica.
  • Los jesuitas también fueron los primeros sismólogos.
  • A finales de la década de 1990, arqueólogos de la Universidad de Bradford encontraron evidencia de que la destreza tecnológica de los monjes alcanzó un grado de complejidad comparable al de las grandes máquinas de la revolución industrial del siglo XVIII.

Transmisión del saber

  • La labor más conocida de los monjes es la copia de manuscritos, tanto sagrados como profanos, preservando así todo el conocimiento existente.
  • Los monjes también ejercieron la docencia. San Juan Crisóstomo cuenta que ya en sus tiempos (aprox. 347-407) era costumbre entre las gentes de Antioquia enviar a sus hijos para ser educados por los monjes. San Benito instruyó a los hijos de los nobles romanos. San Bonifacio creó una escuela en cada uno de los monasterios que fundó en Alemania. San Agustín y sus monjes construyeron escuelas en Inglaterra y en el resto de los lugares en los que se estableció la congregación. San Patricio hizo que los monasterios de Irlanda se convirtieron en importantes centros de conocimiento y educación.
  • Las universidades fueron instituidas por los monjes. La de París, Bolonia, Oxford, Cambridge son creaciones suyas, recibiendo el estímulo y apoyo papal para lograr el mayor impulso intelectual.

La creación de las universidades se basó en el compromiso con la razón y el espíritu de investigación que caracterizaban la vida intelectual en la Edad Media.

  • Por último, la gran herencia artística de Occidente se halla innegablemente identificada con el catolicismo.

TEMA DE LA SEMANA: «CÓMO LA IGLESIA CONSTRUYÓ NUESTRA CIVILIZACIÓN»

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 31 de julio de 2022 No. 1412

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