Por Mary Velázquez Dorantes

Están a punto de tocar las campanadas por el nuevo año que viene. Posiblemente la fiesta está lista y los invitados están a punto de llegar, sin embargo, ¿ya te preparaste de manera reflexiva para observar esos 365 días del año que están por irse? ¿Has tomado en cuenta qué vas a cambiar para el siguiente año? ¿Cómo definirías el año 2023? Nos preparamos para muchas cosas, nos concentramos en otras tantas, pero este año será importante realizar una lista, no de deseos o propósitos, sino una que nos permita comprender cómo fueron éstos doce meses, con el objetivo de tener en perspectiva lo que realizamos o lo que dejamos en espera. Debemos recordar, en un pequeño rincón de nuestro hogar, cómo vivimos el año, qué logramos y qué está pendiente. Es una tarea necesaria antes de hacer otra lista nueva. En esta edición te damos una pequeña guía para reflexionar sobre el año que termina:

MIRA CON PERSPECTIVA

Toma un momento del día y medita los doce meses anteriores. La mirada tiene que ser en perspectiva, quizás con un espíritu crítico y una postura activa. Cuestiona: ¿en qué momento puede hacerlo mejor? ¿Lo que me gustó hacer fue de beneficio para otros? ¿Mis tareas estaban en modo “tengo que hacerlas” o supe disfrutar de ellas? La perspectiva de lo que se hizo o no, va ayudarnos a focalizar sobre situaciones que probablemente nos toquen vivir continuamente. También, será una brújula para saber qué nos gustaría hacer, o sabremos si tenemos que cambiar actitudes o acciones. Nos permitirá ver a la distancia si podemos mejorar la situación o buscar soluciones nuevas. Así como hacemos una lista de propósitos, sería bueno tomar papel y lápiz para plasmar este balance para quedarnos con aquello que nutrió el año y nos despedimos de lo que no sirvió.

SACUDE LA EXIGENCIA

Un espíritu perfeccionista no ayuda en muchas situaciones, no pretendamos juzgar y calificar. Hacer un balance de nuestro año no se mide por ganancias, se mide por aprendizajes, por lo tanto, será necesario sacudir la exigencia. ¿Te has preguntado cuántos propósitos no cumpliste este año? Quizás no se llevaron a cabo debido a que fueron expectativas muy altas y demandantes. Este es un error humano común y la exigencia nos roba panorama, nos desalienta en muchas situaciones y nos convierte en los protagonistas del victimismo. Así que si tus objetivos no se cumplieron reflexiona sí estaban dentro de las probabilidades de realizarse o de qué forma fueron un obstáculo para no llegar a la meta propuesta. Pero hazlo desde la mirada compasiva, no desde una mira dura.

OBSERVA EL TIEMPO

Existen expresiones tales como “el año se fue muy rápido” o “que largo año”. El tiempo nos enseña a aprender, y cuando lo observamos trae consigo herramientas puntuales para identificar si fuimos constantes o desertamos; si estuvimos motivados o renegamos; si nos enfocamos o nos perdimos. La variabilidad emocional del tiempo va a depender de nuestras metas y de su alcance. Ser realistas nos ayudará a comprender cómo es que se mueve el tiempo.

Quizás partimos apresurados, no lo tomamos con calma, o estuvimos en un piloto automático cuando nos dimos cuenta de que se había acabado el año. Para verificar este tema puedes hacer una lista en donde observes tus hábitos, los cambios que realizaste, lo que dejaste a un lado y se pueda retomar. Pero hazlo con una pausa, el detenimiento guiará nuestra relación con el tiempo.

EVITA COMPARARTE

Nada más dañino que la comparación con los otros. La autorreflexión sobre este año no tiene nada que ver con el resumen anual que hacen las redes sociales, o la forma en cómo los demás lo hacen, más bien es una recapitulación sobre aquellas experiencias que fueron edificantes, que ayudarán a ser mejor cristiano, que te dieron un impulso, pero también que te enseñaron a resolver las crisis. Es una retrospectiva única, así que evita seguir intentando como los demás. Dile adiós a resaltar lo de otros y no hagas invisibles tus éxitos ni tus fracasos por estar observado a los demás. Compararnos puede generar una actitud negativa y ser poco agradecidos, así que observa tu año, observa tus acciones, toma conciencia de los errores y reconstruye de forma significativa.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 31 de diciembre de 2023 No. 1486

Por favor, síguenos y comparte: