Por Francisco Xavier Sánchez /

Navidad y encarnación de Dios en nuestro México desencarnado El día de hoy 24 de Diciembre, a partir de media noche, celebramos un aniversario más del nacimiento de Jesucristo (Dios mismo) en nuestro mundo y en nuestra historia. Un nacimiento que no tiene nada que ver con lo que la sociedad neoliberal busca imponernos y que en el fondo se resume a la idolatría del ego, del yo por encima del tú, al desprecio de la “carne” del otro. El nacimiento de Cristo, que sucedió hace aproximadamente 2014 años en Belén, es un llamado a la justicia. Es deciral “reconocimiento” de la presencia de Dios en la carne del otro. Y no sólo del “Otro” por excelencia que es el pobre y el excluido, sino de cualquier “otro” que yo encuentre en mi camino. Jesús nace en un contexto político y social que se parece mucho a lo que vivimos ahora en México. Un rey (Herodes) que miente (“díganme dónde ha nacido ese (nuevo) rey para ir a adorarle”) y que es capaz de matar para perpetuarse en el poder (el asesinato a los niños inocentes). En México Herodes se ha encarnado en nuestros políticos mexicanos que mienten, engañan y asesinan con tal de permanecer en el poder. La navidad antes de ser una lucha política por la justicia social es una lucha interna contra el egoísmo humano que nos habita. Compadecernos por el sufrimiento de la carne del otro (falta de educación, de servicios médicos, de dignidad, etc.) es permitir que Cristo se encarne (nazca) en nosotros mismos. Transformarnos en nuevas personas, divinizarnos en Cristo. Negar al otro (Acteal, guarderías ABC, San Fernando, Ayotzinapa, etc., etc.) es vivir desencarnados. Y los crímenes de Estado comienzan con los crímenes individuales, que se van haciendo grandes como bolitas de nieve que se lanzan desde la punta de nuestro egoísmo. Comparto una excelente reflexión de Javier Sicilia sobre esta navidad en nuestro contexto mexicano.http://www.cristinasada.com/primera/el-evangelio-y-lo-inadmisible/ ¡Feliz navidad! Es decir feliz encuentro de Cristo en la carne de nuestros hermanos y hermanas.

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