Cuando se le pregunta a la gente qué es lo que le quita la paz, las respuestas más comunes son: los problemas familiares, las enfermedades, la situación económica y la incertidumbre frente a lo que ocurre en el propio país o el mundo.

Por su parte, esto es lo que explica el predicador y escritor francés Jacques Philippe:

“La causa más común por la que podemos perder la paz es el temor suscitado por ciertas situaciones que nos afectan personalmente haciendo que nos sintamos amenazados: aprensión ante las dificultades presentes o futuras, temor de fallar en algo importante, de no llevar a cabo tal o cual proyecto, etc. Los ejemplos son infinitos e inciden en todos los aspectos de nuestra vida (…).

“De hecho, en cada ocasión se trata de un bien de naturaleza variable, material (dinero, salud, fuerzas), moral (aptitudes humanas, estima, afecto hacia determinadas personas) o incluso espiritual; un bien que deseamos o consideramos necesario, que tenemos miedo de perder, de no conseguir, o del que carecemos realmente. Y la inquietud que nos provoca su falta, o el temor de fallar nos hacen perder la paz.

“¿Qué es lo que nos permitirá permanecer siempre en paz frente a esta clase de situaciones? Ciertamente no bastan los recursos ni la sabiduría humana, ni sus cautelas, previsiones, reservas y seguridades de todo tipo. ¿Quién puede garantizarse la posesión de un bien, cualquiera que sea su naturaleza? No se consigue a base de cálculos y de preocupaciones. ‘¿Quién de vosotros, por mucho que se preocupe, puede añadir a su estatura un solo codo?’ (Mateo 6, 27).

“El hombre nunca está seguro de obtener lo que desea; todo lo que tiene entre sus manos puede desaparecer de un momento a otro; no cuenta con garantía alguna en la que pueda apoyarse plenamente. Y éste no es realmente el camino que nos indica Jesús. Al contrario, nos dice: ‘Quien quiera salvar su vida la perderá’ (Mateo 16, 25).

“Se puede decir que el medio más seguro de perder la paz es precisamente tratar de asegurar la propia vida con la única ayuda de medios humanos, de proyectos y decisiones personales, o apoyándose en otro.

“Dada nuestra incapacidad, la limitación de nuestras fuerzas, la imposibilidad de preverlo todo o las decepciones que pueden procurarnos las personas (…), el que trata de ‘salvarse’ así se debate entre tormentos e inquietudes”.

Aquí hay algunas citas bíblicas que conviene buscar para acercarse a la verdadera paz, la que sólo Dios otorga a los que en Él confían:

Juan 14, 27; Filipenses 4, 6-7; I Pedro 5, 6-7; Isaías 51, 7; Salmo 27, 1-5; Salmo 56, 3-4; Salmo 91; Habacuc 3, 17-18; Sabiduría 3, 1-9; Juan 16, 33.

TEMA DE LA SEMANA: LA PAZ INTERIOR: ¿UNA UTOPÍA EN EL MUNDO ACTUAL?

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 14 de noviembre de 2021 No. 1375

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