Desde el año pasado comencé a asistir a una nueva escuela, porque la mía fue destruida por el bombardeo. No hay calefacción y durante la mayor parte del año no hay agua ni electricidad, yo espero sobrevivir este invierno. Los cristianos aquí están sufriendo de pobreza, los años de guerra se llevaron todo lo que tenían, afectaron sus trabajos. Los padres están luchando, haciendo quizás tres trabajos al día, solo para poner comida en la mesa al final del día…









